Irapuato, Guanajuato.- Perdió la Trinca en casa contra el líder del grupo, Racing FC Porto Palmeiras, con un encuentro polémico, porras unidas y una lluvia de objetos que caían a la cancha desde la tribuna.
Poco a poco las porras fueron entrando, pero esta vez los Hijos de la Mermelada y los Freseros y Orgullosos no ocuparían los lugares a los que están acostumbrados, cada porra detrás de cada portería, esta ocasión se unieron sus banderas y sus mantas en uno de las costados del estadio rodeando la pantalla colocada sobre uno de los accesos a la cancha, sabiendo que enfrentarían al lider del grupo.
El árbitro central dio el silbatazo de inicio y aunque al comienzo pintaba para ser un encuentro entretenido, pero con respeto, entre ambas escuadras, poco a poco se podían ver jugadas que ponían a prueba la vista del árbitro.
Mientras transcurría el partido la afición fresera se mostraba más molesta con las autoridades del juego y con el partido mismo, pues en todo el primer tiempo ninguno de los equipos logró un solo gol.
Al medio tiempo el marcador quedaba en cero goles, y en cuanto dio inicio la segunda mitad, las dos porras que habían hecho a un lado sus diferencias para apoyar como una sola a la Trinca, se hicieron notar encendiendo bengalas y bombas de humo.
Por un lado Los Hijos de la Mermelada con humo color azul y los Freseros y Orgullosos con humo color rojo, mientras en las bocinas del estadio pedían a los fanáticos abstenerse de detonar más bombas de humo para evitar una sanción al estadio.
Los silbidos y “mentadas” al cuerpo arbitral se hicieron más presentes, entre los equipos se hacía más notoria la rivalidad y al minuto 81’ Racing anotó su primer y único gol del partido.
El estadio quedó en silencio por unos instantes y mientras uno de los jugadores del equipo visitante celebraba la anotación, desde la tribuna le llovieron vasos y otros objetos que comenzaban a lanzar a la cancha.
Más adelante en la portería de Racing FC, el portero no se salvó de los constantes insultos, pues a partir de que el marcador favoreció a su equipo, cada que el guardameta del equipo veracruzano estaba a punto de realizar un saque, la afición irapuatense hacía el famoso grito homofóbico.
Aún así el partido siguió, a escasos dos minutos de terminar el partido Irapuato se había acercado peligrosamente a la portería logrando marcar un gol, sin embargo este fue anulado, pues uno de los árbitros auxiliares levantó su banderín marcando un fuera de lugar.
La afición enardeció y de nueva cuenta llovieron vasos y envolturas a la cancha, tras esto el árbitro central dio por terminado el partido con un marcador de un gol a cero a favor de Racing FC Porto Palmeiras.
Mientras el equipo visitante dejaba la cancha para entrar a los vestidores, seguidores del Club Irapuato no pudieron contenerse a nuevamente lanzarles objetos, por lo que se movilizaron elementos antidisturbios y del grupo lobo de la Policía Municipal, quienes durante la gresca lograron la detención de uno de los aficionados.