La vida y sus analogías. Están visibles en todos lados, pero en muy pocos son tan notorias como en el deporte. Hoy, en el más popular de México, se hace una peculiar y entrañable relación a los lazos que unen a dos seres específicos: uno activo y otro inerte.
En la segunda división más importante del balompié azteca, la Liga de Expansión MX fue la plataforma ideal y esencial en la que Daniel Alcántar García alcanzó una catarsis que buscó desde hace 29 años, cuando comenzó su carrera profesional con el equipo de su ciudad: el Club León.
Sin embargo, más allá de sus pasajes en el máximo circuito como jugador profesional en equipos como San Luis, La Piedad, Gallos Blancos, Irapuato y Estudiantes Tecos, su destino como entrenador lo ha entrelazado de forma entrañable, peculiar y única con el antes conocido como circuito de plata.
Después de adquirir el aprendizaje necesario como auxiliar técnico de José Guadalupe Cruz en Rayados, Morelia y Puebla, en un lapso de un año, entre 2013 y 2014, donde pudo ganar aquella mítica Copa MX del Clausura 2015 con la Franja durante la despedida de Cuauhtémoc Blanco, decidió emprender una nueva aventura en los banquillos con su incursión en los Lobos BUAP de Rafael Puente del Río.
Una vez más, como auxiliar técnico, logró un campeonato, el del Ascenso en el Clausura 2017. Siendo la primera experiencia de la franquicia poblana en Primera División, el trayecto fue complicado al grado de que Puente del Río fue despedido como estratega principal al principio del Clausura 2018.
Por ello, Alcántar se quedó en su lugar. El descenso era inevitable y tras dos victorias, tres empates y 12 derrotas, los licántropos descendieron a la Segunda División, no sin antes desaparecer por la compra de franquicia de los Bravos de Ciudad Juárez, quienes ocupan su lugar desde el Apertura 2018.
Así pues, ‘Borita’ no se quedó con los brazos cruzados y siguió buscando oportunidades. La primera no tardó en llegar, pues un semestre después, en el Apertura 2018, dirigió la categoría sub 20 de los Rayos del Necaxa.
Su récord en Aguascalientes fue regular (6-4-6) y decidió apartarse de su labor al finalizar el torneo, pues Murciélagos FC llegó con la propuesta para dirigirlos en la Liga 2019 de la Liga Premier.
Empero, el destino y sus azares lo volvieron a poner en una situación efímera. En Guamúchil, solo dirigió seis partidos con récord de 3-1-2. Después de ello, se tomó un descanso y regresó hasta el 2020 con los Tecos UAG de la misma división.
Allí, con los tapatíos, el proceso fue complicado. En dos torneos (2020-2021), recopiló una marca de nueve victorias, cuatro empates y 17 derrotas en 30 juegos.
Cesado al finalizar el primer semestre del 2021, Correcaminos UAT le dio otra oportunidad en el torneo Apertura, pero el leonés corrió con la misma suerte de lo efímero y sus estragos.
Aunque comenzó con marca ganadora de 2-1-1, se desvinculó de los tamaulipecos después de cuatro juegos dirigidos.
Un semestre de ausencia le bastó para volver a los banquillos, pues en el Clausura 2022 y Apertura 2022, tuvo presencia en tres juegos como auxiliar de Marcos Ignacio Ambriz, a quien acompañó en el inicio del camino del subcampeonato ante Tuzos en el segundo semestre.
Así pues, a partir del Clausura 2023, llegó una nueva oportunidad en su carrera con Mario García Covalles, quien le dio su voto de confianza para ser su auxiliar en los Potros de Hierro del Atlante.
Después de un año de dos subcampeonatos ante Tapatío y Cancún FC, García decidió tomar un descanso.
Es allí donde la oportunidad de trascendencia, esa que tanto se le negó en Puebla, Sinaloa, Guadalajara, Tamaulipas y Toluca, llegó en la primera parte del 2024.
‘Borita’ afrontó un reto por demás complicado en el Clausura: emular y, hasta cierto punto, superar el trabajo de García, quien se marchó de los azulgranas con tres campeonatos.
El torneo no fue sencillo. Venados sorprendió y dominó con un liderato de 32 puntos que cosechó a lo largo de 17 jornadas y Leones Negros, rival de abolengo, quedó debajo de ellos con 29.
Complementando el podio, en el tercer puesto, estuvieron los Potros de Alcántar con 25 puntos y un récord de 7-4-3.
“La Liguilla es otro torneo”, frase que se formuló desde tiempos inmemorables y aplicó el Atlante en el Clausura 2024.
En 4tos de Final, tomaron revancha ante Cancún con global de 3 a 2.
Después, en semifinales, superaron 8 a 1 al Tapatío.
Y, por último, en la final, se hicieron del triunfo con un 4 a 1 sobre Leones Negros.
Invictos, con seis victorias en seis juegos, ‘Borita’ sorprendió a propios y ajenos por su enorme trabajo en el torneo debut.
Con jóvenes promesas como Rafael Durán, quien no pudo sobresalir en Tigres y explotó en la liguilla con siete anotaciones en seis juegos, donde se incluyen dos en la serie de la Gran Final; y Daniel Lajud, jarocho que no tuvo cabida en Rayados de Monterrey, el leonés encontró equilibrio con la experiencia de hombres como ‘Gansito’ Hernández, Diego Cruz y ‘Hobbit’ Bermúdez.
El resultado fue el mejor: campeón en su primer torneo como entrenador en el equipo de sus amores. Sin embargo, este triunfo se hubiera saboreado el triple si existiera un sistema que desapareció en México hace siete años, al finalizar el Clausura 2017.
“Hoy dimos un buen espectáculo, pero necesitamos que haya ese sueño de jugar en Liga MX. Eso ya no nos compete a nosotros, yo creo que hoy fue un buen partido de futbol”, sentenció después del juego.
Con su primer título como entrenador profesional, es un hecho su continuidad con el Atlante en el Apertura 2024.
¿Logrará el Bicampeonato?