León.- El Unión de Curtidores cumple 96 años de existencia.
En la historia del futbol de nuestra ciudad es inevitable pronunciar el nombre de este equipo porque de aquí nacieron un sinfín de experiencias y, sobre todo, una buena parte de la identidad de nosotros los leoneses en el deporte.
Siempre hemos relacionado al Curtidores con la humildad, un término que en el futbol es muy utilizado para representar la autenticidad, sin pretensiones ni arrogancias.
El Unión que conocimos dentro del profesionalismo verdaderamente fue ese equipo que sacó sus recursos de la buena voluntad de las personas. Cualquier jugador que llegó al Unión lo hizo consciente de que ahí no se volvería millonario y que mucho de su pago estaría en la admiración de la afición.
Aún así, con poco, el Unión de Curtidores tocó la gloria en la Primera División del futbol mexicano. En la temporada de su debut, el UdeC terminó como tercer lugar tras una liguilla jugada contra Toluca, León y Cruz Azul.
Fue un año de locura en la ciudad de León con dos equipos protagonistas, en palabras burdas y como lo escuché muchas veces, León del alto status y el Unión como cenicienta del pueblo.
Mucho se dijo que aquel Curtidores de la 74-75 se formó con jugadores que necesitaban una revancha en el futbol, varios de ellos viniendo del mismo equipo León y otros, como Oribe Maciel, huyendo de los grandes clubes como el América.
Me quedo con lo que una vez dijo el “Gallo” Villalobos, defensa del Unión, afirmando que los que dieron forma a aquel equipo fueron futbolistas que tenían mucha garra por ofrecer en la plenitud de sus facultades físicas. Nada de revanchas.
Mucho significó el sello que don Antonio Carbajal le imprimió como director técnico al Unión. Don Toño siempre habló orgulloso de los títulos y las historias que escribió con el León, aunque sentimentalmente el Curtidores se adueñó de su corazón.
Para mi padre José Luis “Gato” Lugo, el Unión lo es casi todo. El cariño que aún le brinda es claro e intacto. Lo que vivió en cada partido defendiendo a este escudo y a estos colores será eterno.
Además, en el Unión jugó mi tío Primo Lugo, encontré a un padrino de Bautizo, a uno de Confirmación y a otro más de Primera Comunión. Mi hermano Güicho también defendió estos colores desde las categorías infantiles ascendiendo de Tercera a Segunda, así mismo, sentí la estimación de muchos de sus jugadores sin dejar de mencionar las tardes en las que pude habitar La Martinica.
Por todo esto celebro el aniversario de Unión de Curtidores, pues a pesar de solo tener una presencia discreta en el mundo amateur, vive a través de los recuerdos victoriosos y amargos que nos dejó su etapa profesional, siempre siendo un equipo con garra.