La sabermetría llegó para quedarse. Se quiera o no, esa clase de estadísticas son una recomendable herramienta que nos permite desmenuzar, uno por uno, a los jugadores que conforman un equipo de beisbol.
En esta ocasión, y para que no se nos haga tan eterno el ayuno beisbolero de verano, explicaremos un análisis profundo sobre lo que fue el 2024 para los Bravos de León.
Los numeritos a la ofensiva
De acuerdo a la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), los Bravos de León fueron el décimo equipo en promedio de bateo con .283, el quinceavo en OBP con .354, el doceavo en Slugging con .436 y el treceavo en OPS con .790.
Sin embargo, es bien sabido que la competencia incrementó a pasos agigantados en una temporada donde los Diablos Rojos del México fueron los reyes de pe a pa.
OJO: No justifico que se haya consumado otra temporada sin playoffs, pero si nos fijamos en los números que ostentaron en estos mismos rubros en 2023, nos damos cuenta de que hubo una mejoría resaltante en embasarse.
Una temporada antes, en la del 2023, fueron doceavos en promedio de bateo con .275, treceavos en OBP con .350, doceavos en Slugging con .408 y décimos en OPS con .758.
Aunque en pasaportes negociados bajaron de 311 (2023) a 206 (2024) y en ponches superaron los 720 del 2023 con 728 en el 2024, hubo mejoría a la hora de pegar bambinazos, pues pegaron 10 más que en el 2023: 89.
Los que resaltan en el LineUp
Entendiendo que pueden no estar algunos nombres en el LineUp para la próxima temporada, tomamos como referencia el último que presentó Matías Carillo ante los Tigres de Quintana Roo el pasado jueves 1 de agosto.
Comenzaremos con la parte más fuerte del orden al bate, es decir, el 1-2-3.
Jimmy Kerrigan
Como primer bate tenemos a Jimmy Kerrigan.
El estadounidense, registró un OBP de .354, el cual está considerado como muy bueno.
En el caso del Slugging, esa estadística que mide al bateador en cuanto a poder se refiere, registró uno de .521, superando la categoría de “suficientemente bueno”.
Ya en el caso del OPS, el cual es una sumatoria del OBP y el Slugging, nos encontramos con un .875 que está por encima del promedio, pero que al mismo tiempo, roza la perfección.
En términos generales y contrario a lo que uno imaginaría, Kerrigan cumple a la perfección su labor como primero en el orden, pues su capacidad para embasarse cumple con la máxima que requiere una organización en su posición.
Emmanuel Ávila
Con experiencia pura en sus spikes, uno de los mejores antesalistas de todos los tiempos de la LMB terminó la temporada como segundo en el orden.
En términos de OBP estuvo dentro de la terna de “muy bueno”, al registrar uno de .340. Sin embargo, en Slugging, nos encontramos con un poderío muy bajo, al registrar .402.
En OPS sucede la misma situación. En 63 juegos con los del Bajío, registró un .588 que resulta ser pobre en este tipo de estadísticas.
Henry Urrutia
En el caso del primera base, los Bravos ganaron en todo, pues Urrutia demostró estar en una categoría élite tremenda.
Su OBP de .447 está cercano a la perfección -solo le faltó tres décimas para los .450-, su Slugging de .539 es suficientemente bueno y su OPS de .814 es uno que resalta por encima del promedio.
Como segundo o tercero en el orden, Urrutia es uno que responde de cualquier manera, ya sea con el batazo largo -cuatro jonrones- o con el pasaporte -16-. No importa el cómo: él siempre será un dolor de cabeza por ser tan selectivo en sus turnos.
Rainel Rosario
Debajo de Urrutia, tenemos otro dolor de cabeza: el ‘Proto’.
Sus estadísticas son similares a las de su compañero de profesión de muchos años en Saraperos de Saltillo, al registrar un OBP de .445, un Slugging poderoso de .552 y un OPS que roza la perfección con .997.
Sin duda alguna, el cuarto bate con el que terminó Carrillo, bien puede ser tercero o, en dado caso, hasta el segundo.
Sandber Pimentel
Siete partidos fueron suficientes para darnos cuenta del poderío de este bateador designado y/o primera base.
Su OBP (.600) rebasó la perfección, su Slugging fue tremendamente poderoso con un potente .682 y su OPS, que es la sumatoria de estas dos últimas, solo confirmaron su valía como jugador al registrar un sólido y temible .983.
A expensas de quiénes se marchen o quiénes ingresen a la organización, Sandber tiene muchísima madera para ser un tercer o cuarto tolete.
Los que van en ascenso
Marco Chicuate
El receptor de Los Mochis vivió la mejor temporada de su carrera en León en el 2024.
Su OBP fue de .376 y su Slugging de .539 fue tan poderoso que incluso superó a compañeros como Jimmy Kerrigan y Emmanuel Ávila, además de tener uno igualitario al de Henry Urrutia.
En el caso del OPS, estuvo cerca de llegar a los .900 y rozar la perfección, al quedarse con un plausible .896.
Un arma secreta que siempre conviene tener cerca de que termine el orden al bate.
Alan García
Al ser uno de los pocos utilitys -si no es que el único- que tiene la organización, es buena noticia el saber qué va en promisorio ascenso en su ofensiva.
Su OBP de .359, su Slugging de .469 y su OPS de .828 refuerzan un argumento que se puede hacer todavía más sólido si se soluciona de raíz su problema de lesiones.
Los obligados a mejorar
Quienes desentonan demasiado en este LineUp son los últimos dos que jugaron en Quintana Roo ante los Tigres.
El primero de ellos es Eddy Díaz. No se menosprecia su entrega total dentro del terreno de juego, pero parece ser que no le alcanza para ser titular. Su promedio de .291, su Slugging de .392 y su OPS de .683 es uno de los más bajos del equipo.
Quien se encuentra por debajo de él es Ítalo Motta. Aunque fue su primera temporada en el Bajío, su nivel quedó por debajo de la expectativa, al promediar .285 de average, .308 en Slugging y .593 de OPS.
De quedarse para la próxima temporada, deberán mejorar -y bastante- su mecánica de bateo, establecerse como uno de poder o contacto y aportar lo que más se pueda a una organización que, en 2025, estará más que necesitada de victorias.
Los ‘benditos’ errores defensivos
La estadística, a diferencia del 2023, empeoró en los Bravos.
En este departamento de errores, sumaron un total de 84, superando por cinco más los que registraron en 2023 (79).
En esta ocasión, en la tercera base es en donde más se sufrió. La llegada de Emmanuel Ávila ayudó un poco, pero los números son claros y destacan que, a nivel general, fue la posición donde más se registraron errores con 15.
Después, entre Eddy Díaz, Ítalo Motta y Michael de León, se registraron 14 en las paradas cortas, siendo esta cifra la que la coloca como la segunda posición en donde más se cometieron pecados.
En la segunda base, se vivió la misma situación. Entre Keven Lamas, el mismo Díaz y De León, la situación fue preocupante con 11 pifias que no ayudaron para nada a su lanzador en turno.
A continuación, el desglose:
- 1B: 9 errores.
- 2B: 11 errores.
- 3B: 15 errores.
- SS: 14 errores.
- LF: 6 errores.
- CF: 5 errores.
- RF: 5 errores.
- P: 8 errores.
- C: 11 errores.
Los que más cometieron en su posición
- 1B: Alejandro Mejía con 3.
- 2B: Keven Lamas con 3.
- 3B: Emmanuel Ávila con 8.
- SS: Eddy Díaz con 6.
- LF: Rainel Rosario con 2.
- CF: Jimmy Kerrigan con 5.
- RF: Alan García con 3.
- P: Yordan Nodal y Wendolyn Bautista con 2.
- C: Marco Chicuate con 7.
Los jugadores con más errores en 2024
- Emmanuel Ávila y Eddy Díaz* con 8.
*Díaz cometió 6 como parador en corto y 2 como segunda base.
Los mejores en fildeo
Sin embargo, aunque hay una problemática grande en cuanto a los errores se refiere, sí hay que mencionar que los del Bajío ostentan una buena cantidad de brazos confiables en sus guantes.
Si bien el cuadro se mostró dubitativo a lo largo de la temporada, hombres como Urrutia (.991), Alan García (.938 en 1B), Ítalo Motta (.978 en SS), Rainel Rosario (.949), Jimmy Kerrigan (.979) y Alberth Martínez (.984), se erigieron como los mejores fildeadores del equipo por su alto porcentaje de rendimiento.
Se mejoró poco en defensiva
En este 2024, los Bravos de León sí mejoraron a la defensiva, pero el avance fue muy poco.
- En ponches mejoraron al recetar 700 y superar los 587 del 2023.
- En balks bajaron su cifra al registrar 9 y dejar atrás los 15 del 2023.
- En pitcheos salvajes avanzaron -poco- su cifra al registrar 69 y dejar atrás los 71 del 2023.
De allí en más, en términos generales, empeoraron en las bases por bolas, al registrar 418 y superar las 404 del 2023.
En jonrones recibieron 93 y superaron los 91 del 2023.
En oportunidades de salvamento tuvieron 37 y dejaron atrás las 39 del 2023, pero solo concretaron 13 y se quedaron abajo de los 15 que tuvieron el año pasado.
En WHIP, la situación empeoró, al registrar un 1.70 que los hizo retroceder a diferencia del 1.65 del 2023.
En promedio de bateo, el rival les bateó un poco más que en el 2023 (.291) con un promedio de .293.
En el promedio de bases por bola por juego, los Bravos fueron el último equipo del circuito con 4.84, y aunque en 2023 ocuparon el mismo lugar en ese departamento, el promedio había sido un poco más bajo con 4.59.
En el promedio de ponches por juego, el equipo subió de 6.68 a 8.11.
Y, en el promedio de ponches y bases por bola por juego, el registro subió de 1.45 a 1.67.
¿Y los abridores?
Entre lesiones y partidas de dos de sus principales armas en el pitcheo abridor, tales como Wendolyn Bautista y Lázaro Blanco, los Bravos batallaron al final de la temporada en su rotación.
En determinado momento, Daniel Bies tuvo que fungir como un ‘Opener’, al igual que Arturo Reyes, quien fungió esa posición en su momento bajo las órdenes de Rafael Rijo.
Por eso, vamos a tomar como referencia a los que más tuvieron regularidad al final de la campaña, para analizarlos y tener un panorama más amplio acerca de su rendimiento.
Faustino Carrera
Con récord de 3-1 y una efectividad de 4.40, Faustino terminó siendo el mejor abridor al finalizar la campaña regular.
Aunque su efectividad es un poco alta, su WHIP se mantuvo dentro del promedio y lo razonable, al registrar 1.340. Sin embargo, en el promedio de hits que permitió por cada nueve entradas, se registró una cifra alta con 9.2.
Lo mejor para la organización es que el de Obregón compensa esa situación con 1.1 jonrones permitidos en una escala de nueve entradas, además de apenas 2.9 en promedio de bases por bolas negociadas por cada nueve entradas y un sólido promedio de 7.5 ponches por cada nueve entradas de labor.
Felipe González
Procedente de los Sultanes de Monterrey, ‘Pipe’ llegó a mediados de la campaña para tratar de llevar al equipo a los playoffs. Aunque falló en su cometido, se llegó a asentar con el equipo, pero no del todo bien.
Su récord final fue de 1-5 y su efectividad estuvo por los cielos con un 4.64. Además, en cuanto a su WHIP, la estadística es fría y arroja que fue pésimo con un registro de 1.605.
- En cuanto al promedio de hits, registró un alto 9.8.
- En cuanto al promedio de jonrones, registró un plausible 0.7.
- En cuanto al promedio de bases por bola, registró un alto 8.9.
- En cuanto al promedio de ponches, registró un efectivo 8.9.
Arturo Reyes
Reyes, de 32 años, quedó muchísimo a deber en los 12 juegos que disputó con León.
Su récord quedó en 2-5 y su efectividad de 7.36 resultó ser pésima. En su WHIP, las cosas no se quedan atrás, pues registró un muy malo 1.964 en 36.2 entradas de labor.
En promedio de hits, registró 10.4; en promedio de jonrones registró 1.0; en promedio de bases por bola registró 7.6 y en promedio de ponches registró 7.8.
Yordan Nodal
Ante las necesidades del equipo, Yordan pasó de ser un relevista largo a ser un abridor de tiempo completo. No obstante, el cubano, que jugó en las sucursales de los Astros de Houston, tuvo un récord de 1-3 y una efectividad de 6.97.
El WHIP fue pésimo, pues registró un 1.897 que, en parte, fue incentivado por su promedio de hits de 11.5.
Esta última estadística llegó a mermar su rendimiento, pues registró un promedio de 0.7 jonrones por cada nueve entradas lanzadas y un aceptable 5.6 en promedio de bases por bola, además de 7.1 ponches.
¿Y el relevo?
Con una efectividad de 6.85 y un WHIP de 1.83 de la séptima entrada en adelante; con una efectividad de 6.01 y un WHIP de 1.76 de la octava en adelante y con una efectividad de de 6.30 y un WHIP de 1.77 de la novena en adelante, el relevo de los Bravos de León resultó ser poco efectivo.
Ocupando los últimos lugares de todo el circuito, sufrieron distintos problemas que no les permitieron trascender más allá de la fase regular.
A continuación, analizaremos a los relevistas que más tuvieron actividad en esta temporada que ya se fue.
Hazahel Quijada
Con 26 años de edad, Quijada pasó de ser abridor a ser un relevista largo.
A pesar de tener grandes actuaciones, como en el primer juego de la serie ante Acereros de Monclova en la primera vuelta de la temporada, los números son fríos.
En general, tuvo un récord de 1-3 con una efectividad de 7.36. Sin embargo, lo más alarmante fue su WHIP: 2.000, el cual resultó ser uno de los más altos de la organización.
Con un promedio de 10.4 hits por cada nueve entradas lanzadas, Quijada registró un promedio de jonrones (1.6) y un promedio de bases por bola (7.6) altos.
Lo rescatable fue su promedio de ponches, pues registró un aceptable promedio de 7.8 por cada nueve entradas lanzadas.
Adam Hofacket
A diferencia del 2023, donde registró récord de 2-4, una efectividad de 3.04 y un WHIP de 1.391, Hofacket estuvo irreconocible durante todo el 2024.
Su récord de 2-1 resultó ser positivo, pero falló constantemente con una efectividad por los cielos de 8.53 y un WHIP de 2.274 que, simplemente, no se puede permitir.
A diferencia del año pasado, donde fue líder de salvamentos del equipo con 15, en este 2024 sólo logró dos en 15 juegos que finalizó arriba de la lomita.
Su promedio de hits (15.9) y de jonrones (2.0) resultaron ser altísimos para una organización que lo vio mucho mejor un año antes en los mismos departamentos, con 9.5 en hits y 0.7 en jonrones.
Donde se mantuvo e incluso aumentó su promedio fue en los ponches, pues de 5.5 pasó a promediar 7.7.
Max Kunhs
El estadounidense fue uno de los brazos más confiables en el bullpen. A pesar de su récord adverso (1-2) y una alta efectividad (4.85), además de un bajo WHIP (1.769), fue capaz de promediar solo 0.5 jonrones por cada nueve entradas, de promediar 5.1 bases por bola y de promediar 11.8 ponches.
Aunque tuvo un alto promedio de hits por cada nueve entradas (10.8), sus demás estadísticas demuestran que está cerca de alcanzar una plausible regularidad.
Alberto Guerrero
El panameño llegó y vivió un año regular con León. Su récord quedó en 2-2 y su efectividad en 7.17.
En cuanto a su WHIP, registró 1.922, acompañado de un promedio de hits de 12.7; de jonrones de 1.1; de bases por bola de 5.8 y de ponches de 6.3.
Juan Mateo
Juan vivió un año de adaptación con varios altibajos, aunque cerró muy bien la temporada.
Su récord terminó en 4-4 con una efectividad de 5.34 y un WHIP -alto- de 1.635.
En cuanto a promedio de hits, registró 8.9; en cuanto a promedio de jonrones, registró 0.8; en cuanto a promedio de bases por bola registró 5.8 y, en cuanto a promedio de ponches, registró 10.2.
¿Un nuevo cerrador?
Ante la mala temporada de Adam Hofacket, surgió la urgencia de encontrar un cerrador fijo en los Bravos de León, y lo terminaron encontrando en Daniel Cruz.
De casa, Cruz terminó con récord de 1-1 y una efectividad aceptable de 2.97. Su WHIP de 0.991 resultó ser excelente y reflejó muy buen control en su comando.
Su promedio de hits quedó en 5.9; su promedio de jonrones quedó en 0.2; su promedio de bases por bola quedó en 3.0 -12 bases por bola en 34 juegos-; y su promedio de abanicados quedó en 5.4.
En total, sumó 5 salvamentos al final de la temporada y se erigió como la opción más confiable de Matías Carrillo a la hora de venir a cerrar los partidos.
Entonces… ¿Qué dicen las estadísticas?
Las estadísticas mencionan que los Bravos de León son un equipo poderoso en embasarse, más todavía falta ajustar en cuanto a la producción de carreras se refiere.
A la defensiva, su mal persiste. Y es que entre errores y malos relevos, se obstaculiza el avance de un equipo que, si bien puede darlo todo a la ofensiva, tarde o temprano suele desestabilizarse.
Las directrices de la organización deben ser puestas sobre la mesa para, con base en ello, planificar una nueva temporada 2025.
Los números allí están y son lo que son. No se pueden cambiar ni manipular. En ello radica, también, la ‘belleza’ de las estadísticas y su frialdad.
¿Qué movimientos habrá?
¿Qué persistencias habrá?
-El Dugout del Gabo.