En medio del desamparo y el destierro, un fulgor lleno de esperanza.
Desde hace mucho tiempo, los Piratas de Pittsburgh emanan soledad, tristeza y frustración.
La franquicia se ha perdido por completo en el duro y complicado negocio de los campeonatos en la MLB.
Sin brújula alguna, la mediocridad los asedia regularmente, y aunque un equipo de prosapia como ellos debería de luchar por alejarse totalmente de este fantasma, el esfuerzo ha sido poco y nulo.
El éxito colectivo siguió siendo limitado en el 2024, pero en lo individual, gozaron de un excelente rendimiento de su mejor prospecto: Paul Skenes.
Con un mostacho negruzco que hizo hincapié en lo retro, el nacido en Fullerton, hizo lo que quiso en su primera temporada como As de los Piratas.
Con solo 22 años de edad, dejó atrás el estigma de ser un inexperimentado, y dejó en claro que su calidad, no está sujeta a discusión.
A pesar de una primera salida irregular ante los Cubs de Chicago, que fueron su rival debut el 11 de mayo con una ruta de 4.0 IP, 6H, 3R, 2BB y 7SO, el 17 de mayo, cuando fue su segunda apertura, comenzó a asentarse en la lomita de las Grandes Ligas.
También contra los Cubs, pero ahora en Chicago, Skenes tuvo una auténtica salida de calidad para agenciarse su primera victoria como profesional, con una ruta de 6.0 innings, donde no permitió hit ni carrera, solo negoció una base por bolas y recetó 11 ponches.
A partir de ese momento, su nombre comenzó a ser sinónimo de migraña para los bateadores en turno.
El 23 de mayo, ante los Gigantes de San Francisco, volvió a lanzar seis entradas completas, pero esta vez salió sin decisión, al permitir seis hits y una carrera, y solo recetar un ponche.
El 29 de mayo, recuperó su propia brújula. Ante Tigres de Detroit, logró su segunda victoria como profesional, al recabar su segunda salida de calidad con una ruta de 6.0 IP, 3H, 2R, 1BB y 9SO.
Así, con esas tres primeras presentaciones, Skenes cerró su primer mes como pelotero de Grandes Ligas.
Aunque no pudo crecer y demostrar su calidad en un escenario como la postemporada, sí dio esbozos de ser un jugador ‘Clutch’ con sus actuaciones ante Los Ángeles Dodgers, Bravos de Atlanta y Cerveceros de Milwaukee.
A los campeones de la Serie Mundial, Skenes los enfrentó por primera vez el 5 de junio.
En cinco entradas completas de labor, pudo agenciarse su tercer triunfo de la campaña, pues a pesar de recibir seis hits y tres carreras, además de dos jonrones, su ofensiva le ayudó.
Con solo una base por bolas, llegó a recetar ocho chocolates, ayudando a dejar su efectividad en 3.00 y, de paso, apoyar en la victoria de su equipo por pizarra de 6 a 10.
Después, en Atlanta contra los Bravos, tuvo una actuación totalmente memorable, ante un equipo que, en ese momento, era un serio contendiente a quedarse con la Serie Mundial.
El 29 de junio, Skenes salió intratable. Más allá de admitir seis hits y una carrera, solo otorgó dos pasaportes y fue capaz de ponchar a nueve bateadores en 6.0 entradas de labor.
Aunque se fue sin decisión, mejoró su efectividad (2.06) y comenzó a abrirse paso a la satisfactoria que tuvo al finalizar la campaña regular.
Por último, el 11 de julio y en casa de los Cerveceros de Milwaukee, vimos la que es -hasta ahora- la mejor actuación de toda su carrera.
Con apenas un 1 a 0 en la pizarra, Paul se mostró dominante y sin dudar en ningún momento sobre la lomita de las responsabilidades.
Con 99 pitcheos, llegó a las siete entradas completas, donde no recibió ningún hit y ninguna carrera.
Aunque sólo negoció un pasaporte, ponchó a 11 rivales para imponer un nuevo récord en su trayectoria, con tan solo 22 años de edad y una primera temporada en el mejor beisbol del mundo.
Al final, Skenes terminó con un récord de 11-3, una efectividad de 1.96 que roza lo perfecto, un WHIP de 0.95 que resulta ser genial y 170 ponches en 133.0 entradas de labor que pudo recabar en 23 aperturas.
¿A qué se debió tan buena primera temporada?
La razón es sencilla: es un pitcher seguro de sí mismo y el repertorio que lo acompaña.
De acuerdo con MLB Savant, a lo largo de la campaña realizó 2 mil 125 lanzamientos, de los cuales se desprende el siguiente desglose:
- Recta de cuatro costuras: 834 pitcheos (39.2%)
- Sinker: 603 pitcheos (28.4%)
- Curva: 230 pitcheos (10.8%)
- Sweeper: 215 pitcheos (10.1%)
- Slider: 129 pitcheos (6.1%)
- Cambio: 114 pitcheos (5.4%)
Un pitcher dominante con una Recta que es capaz de llegar a las 98.8 millas por hora, un Sinker que marea con 94.0 millas por hora y un Sweeper casi imbatible que es capaz de llegar a las 84.7 millas por hora.
¿Por qué hago especial énfasis en estos tres lanzamientos?
Porque con la Recta ponchó a 79, con el Sinker a 31 y con el Sweeper a 22, además de solamente permitir cinco hits con este último lanzamiento.
Por si fuera poco, MLB Savant coloca el sinker de Skenes con un Run Value de 19 que resulta ser altísimo y muy bueno, pues en 603 pitcheos con este tipo de lanzamiento, el rival solo fue capaz de batear para .184.
Colocado en la zona de ‘excelente’ en siete de 16 estadísticas sabermétricas, tales como xERA, xBA, porcentaje de ponches y porcentaje de velocidad en su recta, el As de los Piratas tiene más que merecido el premio como Novato del Año.
Hoy por hoy, es uno de los lanzadores más confiables y sólidos de todas las Grandes Ligas y, por ello, su valía en el mercado debe de estar por aumentar.
Sin saber si su futuro se mantendrá en Pittsburgh, Paul Skenes traerá consigo una obligación mayúscula en 2025: mantener o, incluso, incrementar el nivel que tuvo en el 2024.
Por lo pronto, a disfrutar, ya que los números y la corazonada del público, nos dicen que lo tiene muy bien merecido.
¡Salud, Skenes!
-El Dugout del Gabo.