El uso de la inteligencia artificial (IA) sigue sorprendiendo y causando polémicas entre los especialistas en tecnología y los usuarios de internet, que cuestionan las funciones en las que se está empleando.
Tal es el caso del buscador de caras, PimEyes que usó fotos de fallecido sin el consentimiento de sus familiares.
De acuerdo con una investigación de la Revista Wired, el buscador de caras, basado en inteligencia artificial, extrajo las fotografías sin permiso extraídas de la web Ancestry (servicio de creación de árboles genealógicos online) y las empleó como entrenamiento de la IA.
Además de indexar a personas y sus familiares, lo que provocó un gran disgusto por parte de usuarios en redes sociales y pidieron la cancelación del programa.
Esta situación no es la primera vez que pasa, tan solo una semana antes el programa “Cerebral” filtró a plataformas publicitarias de Meta, TikTok y Google los datos privados de salud mental de 3 millones de pacientes, incluyendo enfermedades y sus tratamientos.
Giorgi Gobronidze, director de PimEyes dijo en entrevista de la Revista Wired, que la PimEyes solamente rastrea sitios web que nos lo permiten oficialmente.
“Ha sido… una noticia muy desagradable que nuestros rastreadores se hayan saltado de alguna manera la norma”, explicó.
Tras la publicación de la investigación, al parecer PimEyes ha borrado las fotos de Ancestry, y la indexación de parentesco.
Sin embargo, de acuerdo con información de PetaPixel, no es la primera violación de la privacidad que comete esta compañía. Hace un tiempo fue criticada por aceptar fotos de niños en su buscador, lo que facilitaba la posibilidad de rastrearlos y acosarlos.
¿Cómo funciona PimEyes?
La utilización de este buscador de rostros de personas es bastante sencillo, primero subes una foto al programa y este te suelta un resultado de en qué páginas y documentos de internet aparece.
El programa tiene opciones gratuitas de prueba, su precio es de 20 euros por una única búsqueda o de 35,99 euros al mes, si quieres hacer más de una búsqueda.
En el trabajo de investigación de Wired se recalca que las fotografías se utilizaron sin el permiso de Ancestry, ni de las personas implicadas.