La presa Ahuehuetitla, ubicada en Tulancingo tiene agua sólo en cinco de las 43 hectáreas de extensión con que cuenta, debido a la falta de lluvias este año para alimentar el vaso hídrico usado para consumo humano. 

Mientras que la presa La Esperanza, ubicada en los límites municipales entre Tulancingo y Cuautepec, también presenta bajos niveles de caudal, pues de los 40 centímetros de altura que ha tenido en años anteriores, actualmente está metro y medio debajo del vertedero. 

Las aguas de este embalse son usadas para riego de terrenos de cultivo, por lo que la falta de caudal pone en riesgo la producción de hortalizas, así como de forraje para ganado.

SURTIDO DE AGUA

En el caso de la presa Ahuehuetitla, la escasa reserva con la que cuenta complica el surtido de agua para consumo humano para la población de Tulancingo. 

Septiembre no tuvo registro alguno de lluvias, cuando el promedio antes de 2018, era de 15 días de precipitaciones pluviales.

A partir de esa fecha, el Valle de Tulancingo está considerado en sequía, pues la poca precipitación pluvial registrada en los últimos cinco años, es insuficiente para alimentar las reservas de agua en las presas de la región, así como los mantos freáticos.

Expertos en hidráulica, así como productores agrícolas, consideran que es escasa ya la posibilidad de que se registren lluvias en cantidad importante en lo que resta del año.

PRODUCCIÓN AGRÍCOLA

En el caso de la producción agrícola de este año se considera prácticamente perdida, pues los ciclos agrícolas primavera–verano y verano–otoño ya están culminados.

Sin embargo, aún se espera que se registren lluvias en la región que permitan incrementar el nivel de almacenamiento en las presas de la región, así como para alimentar los cuerpos de aguas subterráneas.

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