Acompañado de familiares, amigos, colaboradores, así como personajes del gremio político y empresarial, el presidente municipal de Tulancingo, Jorge Márquez Alvarado, recibió homenaje de cuerpo presente.
El fallecimiento del alcalde de Tulancingo se conoció la noche del jueves 30 de mayo, derivado de complicaciones en su estado de salud.
En las instalaciones de presidencia municipal, José Eugenio Ramírez, amigo y muy cercano colaborador del alcalde de Tulancingo, ofreció un discurso donde señaló que el legado que deja es de trabajo y preocupación social.
Recordó que él siempre decía que “de nada sirve el trabajo si no es para el beneficio social”.
APLAUSOS
En cinco ocasiones se escucharon aplausos durante el homenaje, incluso interrumpiendo el discurso que José Eugenio Ramírez finalizó con la voz entrecortada.
Tras las guardias de honor, el pase de lista y las salvas de honor, el féretro que contenía los restos mortales de Márquez Alvarado fue traslado del lobby de la presidencia municipal hacia la carroza fúnebre, para abandonar el edifico donde despachó dos veces como alcalde de Tulancingo.
PRESENCIA DE GERARDO SOSA
Momentos antes de la salida de los restos mortales de Márquez Alvarado, Gerardo Sosa Castelán se acercó para ofrecer su pésame a su esposa, Yolanda Magaldi, así como a sus hijos.
La llegada de Sosa Castelán, con quien colaboró en temas políticos cuando ambos coincidieron como funcionarios de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, fue sorpresiva.
MISA EN CATEDRAL
Previo al homenaje, el alcalde de Tulancingo en los periodos 2009-2012 y 2020-2024, recibió una misa de cuerpo presente en la catedral metropolitana de Tulancingo.
También la ceremonia religiosa, encabezada por el arzobispo Domingo Díaz Martínez, fue interrumpida en varias ocasiones por los aplausos de cientos de personas que acudieron.
Incluso avenida Manuel Fernando Soto, donde se ubica el recinto religioso, tuvo qué cerrarse a la circulación vehicular, pues los asistentes que acudieron a la misa, debieron escucharla en la calle, ante la falta de espacio para albergarlos.