“Fue una maravilla poder coincidir en esta vida con ella”, alegre, como una muy buena persona y excelente profesional, así recuerda Alejandra a su compañera de trabajo Itzel Yoselin, a quien le arrebataron la vida el pasado martes afuera de su vivienda en Mixquiahuala.

Compañeras de trabajo en el jardín de niños Conetl Yoalpaki y muy buenas amigas, esa era la relación que tenía Alejandra Barrera Flores con Itzel Yoselin Remez Hernández, quien, asegura, el asesinato de su colega fue un golpe muy duro para ella.

Itzel Yoselin, de 27 años de edad y madre de un pequeño de seis años, fue asesinada el pasado martes 17 de enero afuera de su domicilio ubicado en la calle 2 de enero del centro de Mixquiahuala.

Por los hechos aún no hay detenidos, pero según declaraciones del alcalde de dicha demarcación, José Ramón Amieva Gálvez, autoridades de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) ya identificaron a los posibles feminicidas.

 

LOS HECHOS

En entrevista con AM Hidalgo, Alejandra Barrera Flores, docente del mismo preescolar donde daba clases Itzel, narró el terrible momento en el que se enteró del asesinato de su amiga.

Ella, junto con colectivas feministas, sociedad y demás docentes de Mixquiahuala y sus colindancias, realizaron una protesta pacífica este domingo para exigir justicia por el feminicidio de Itzel.

“Me estaba preparando para salir a la escuela para dar clases, pero al principio me dijeron que había sufrido un accidente, ya cuando llegamos a su casa y nos enteramos de lo que pasó fue uno de los momentos más complicados de mi vida”, comentó entre lágrimas la joven educadora.

El jardín de niños en el cual daba clases Itzel se encuentra a 40 minutos aproximadamente del lugar donde vivía y en el que fue asesinada, la calle 2 de Enero del centro de Mixquiahuala.

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UNA PERSONA ALEGRE

Sin embargo, pese a las lágrimas que brotaban de sus ojos, Alejandra dijo recordar a su compañera como la mujer y madre alegre que era, pero, sobre todo, una excelente maestra que daba todo por sus alumnos.

“Siempre nos daba ánimos, a veces la rutina nos daba para abajo, pero ella siempre estaba para alegrarnos y darnos el empujón para seguir trabajando”, externó.

La principal característica de Itzel, a decir de su colega, además de la energía con la que siempre ejercía su profesión, era siempre ver lo bueno dentro de todo lo malo, por lo que agradeció a la vida poder compartir más de siete años de trabajo con ella.

 

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