Zeus era el rey de los dioses olímpicos y la deidad suprema en la religión griega. A menudo conocido como el Padre, como el Dios del Trueno y el “recolector de nubes”, controlaba el clima, ofrecía señales y augurios y generalmente impartía justicia, garantizando el orden entre los dioses y la humanidad desde su asiento en lo alto del monte Olimpo.
De la “World History Encyclopedia” (en Español)
Los seis terabytes de información extraída de los archivos del Ejército se desparramaron. Los tienen Latinus, Aristegui, Proceso y El País, a saber. Asombrados y asustados, los periodistas de los medios independientes saben que no pueden publicar todo lo que ahí está. Podría ser letal para miembros de las fuerzas armadas. Lo que sí pueden compartir es la enorme mayoría de la información, desde contratos de las obras insignes, hasta la riquísima información de inteligencia política de los militares.
Carlos Loret de Mola empezó por datos ocultos de la salud del presidente López Obrador, conflictos entre Marina y Ejército y la cronología del llamado Culiacanazo, hasta que el Presidente soltó a Ovidio Guzmán.
El periódico español El País publica una palabra que resume enormidades: la palabra secreta de los militares para nombrar a López Obrador en su entorno privado: “Zeus”. A quién se le ocurrió y por qué la validaron los mandos superiores, es todavía un enigma.
Los griegos en su narrativa mitológica tenían a Zeus como el padre de todos los dioses, uno que al igual que aventaba rayos también hacía llover, uno que engendraba héroes y castigaba a quien no cumplía con sus deseos. Su aposento era el monte Olimpo. Desde ahí podía contemplar a la humanidad, hacía justicia y trabajaba -sin lograrlo todo el tiempo- por gobernar a héroes y humanos.
Zeus era un dios adúltero que engendró a múltiples deidades, era prolífico: Atenea, Hermes, Dionisio y Apolo fueron algunas de sus procreaciones. Sólo un experto en mitología puede descifrar los líos helénicos. Pero una sola palabra nos puede ayudar a comprender mejor el monte Mañanero desde donde gobierna el nombrado Zeus mexicano. No porque tenga los defectos del olímpico dios, sino porque de su creación son las llamadas “corcholatas”, los héroes de Morena y también los monstruosos adversarios que urden y conspiran para descarrilar el destino luminoso de la llamada 4T. Conservadores, fifís, neoliberales, clasemedieros, harvardianos, universitarios y mafias anteriores del poder, son las serpientes en el escudo de Atenea que muestra la cabeza de Medusa.
Podríamos seguir creando mitos mañaneros sobre la salvación del pueblo mexica por un puñado de “incorruptibles”, por una docena de semidioses intocables que conforman la primera línea del monte Palaciego.
¡Zeus!
Se la volaron los militares. Su agradecimiento es tan grande que ponen en el olímpico Palacio Nacional a su comandante en jefe. Sería interesante saber si el Presidente tenía conocimiento de su apodo secreto y deja que lo usen con regusto del poder o si lo hacen a sus espaldas, algo que puede ser ambivalente: respeto y broma.
Una palabra entre seis terabytes (6,144 gigabytes) muestra toda una concepción militar respecto a su jefe. La información será para el País la mano de los dioses (respecto a la necesidad de transparencia) y la cola de los demonios (respecto al peligro de que lastime más la muy maltratada seguridad nacional). La mayoría de los medios son responsables de no difundir información que ponga en peligro la vida de marinos y militares, pero fuera de los sistemas informáticos del Ejército nadie puede asegurar nada. Ni Zeus.