Por: Armando Fuentes
Saltillo, mi ciudad, siempre ha tenido fama de centro de cultura. Llegó a ser conocida como “La Atenas del Norte”. Esa nombradía deriva en buena parte de sus instituciones educativas. Los edificios de las escuelas, aun de algunas primarias, superan en dimensión y belleza arquitectónica a los recintos religiosos, con la sola excepción de la magnífica y preciosa catedral, que parece, como la de Sevilla, haber sido concebida por locos, así de desmesurada fue su fábrica comparada con el reducido tamaño de la población cuando el vasto y alto templo fue erigido. El visitante se sorprende al contemplar las sedes de instituciones educativas como el glorioso Ateneo Fuente, la Benemérita y Centenaria Escuela Normal o el prestigiado Instituto Tecnológico. También la fama de mi ciudad le viene de sus poetas, tantos que se decía: “En Saltillo el que no es poeta hace cajeta”. La cajeta es un sabroso dulce regional hecho con pulpa de membrillo o perón, los frutos emblemáticos de la comarca. Esa tradición cultural llega hasta nuestro tiempo. El actual alcalde saltillense, José María Fraustro Siller, fue antes rector de la Universidad, y el apoyo a la cultura es una de sus preocupaciones principales. Tuvo la idea de reconocer cada mes a alguien que haya hecho algún aporte significativo a Saltillo en el campo de las artes. La presea, llamada “Profeta en su tierra”, se entrega en el teatro de cámara de Radio Concierto, la emisora cultural de mi familia. Dedicamos nuestra programación del mes a la persona galardonada, y difundimos su obra. Hace unos días fue premiada Mabel Garza, quien ha entregado su vida al teatro y a la promoción de la cultura. Al recibir la placa correspondiente dijo estas palabras: “Si la gratitud es la memoria del corazón, el mío alberga esta mañana un sentimiento profundo y franco. Hermosa casona ésta, museo vivo de arquitectura norestense convertida en Radio Concierto, remanso de partituras íntimas que dota al acontecer cotidiano de nuestra ciudad de una atmósfera sonora imprescindible, necesaria. No imagino vivir en Saltillo sin la compañía de Radio Concierto, quizá porque desde niña tuve la fortuna de que mi mamá pusiera en la palma de mi mano lo que ha sido el leit motiv de mi existencia: el arte y sus infinitas manifestaciones. Entiendo la creación y praxis del arte, en mi caso el teatro y la literatura, un medio para descifrar lo humano y así leer el mundo y leerme al imaginarlo. ‘Muchas cosas hay portentosas, pero ninguna como el hombre’, escribió Sófocles. Por esa razón quiero honrar y dedicar este generoso reconocimiento a quien considero es la causa y origen de que yo esté hoy aquí: mi amada mamá, María Luisa Blackaller. En mi corazón están desde ahora el alcalde de nuestra querida ciudad, ingeniero Fraustro Siller, su directora del cultura, Leticia Rodarte, y los anfitriones y alma de este recinto, don Armando Fuentes Aguirre y Luly Fuentes de la Peña. Larga vida a Radio Concierto. Larga vida al teatro. ¡Viva Saltillo!”. Esas palabras nos enaltecen, pues vienen de labios de alguien que a su talento y amplísima cultura añade una ejemplar dedicación a las tareas del espíritu. Creadora de “La besana”, lugar que es referente obligatorio en la intensa actividad teatral de Saltillo, ha enriquecido a la ciudad con abundantes dones nacidos de su incansable labor y su constante entrega. Las ciudades no están hechas de piedras muertas, sino de corazones vivos. El de Mabel Garza es uno de los más cálidos y bellos de los que en Saltillo laten. FIN.