Todos los alimentos de origen orgánico tienen algo en común, y es que aportan al organismo una gran lista de nutrientes y minerales, favoreciendo el funcionamiento del cuerpo humano.
Por ejemplo, algunos de los más consumidos actualmente son los frutos secos. Algunos de ellos reducen el colesterol, los triglicéridos y la glucosa en la sangre gracias a las grasas naturales que los componen. No obstante, se debe tener en cuenta que este tipo de alimentos tiene un alto aporte calórico, por lo que puede ser contraproducente para quienes buscan perder peso.
Tanto el colesterol como los triglicéridos son moléculas que el cuerpo humano necesita para su correcto funcionamiento, pero su exceso de concentración en las vías sanguíneas puede conllevar a diferentes afectaciones en la salud, la producción de enfermedades cardiovasculares o, incluso, hasta causar la muerte.
Una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, proteínas y cereales es clave para cuidar la salud y prevenir el desarrollo de enfermedades. En esa alimentación tampoco debería faltar una porción de frutos secos, que ofrecen una serie de beneficios para el organismo.
Son alimentos que contienen una gran cantidad de nutrientes. Se caracterizan por ser una importante fuente de fibra que ayuda a regular el tránsito intestinal, así como de proteína y otros nutrientes. Lo ideal es consumirlos con moderación y siempre crudos o tostados y sin sal, no fritos, ni cubiertos de chocolate.
Por su parte, las almendras son fuente de proteínas, ácidos grasos monoinsaturados, ácidos grasos insaturados, fibra, calcio, fósforo, magnesio, hierro, zinc, potasio, vitamina E, riboflavina, tiamina, niacina y folatos.
El consumo regular de estos se recomienda sobre todo durante la edad adulta, ya que ayudará a que el cuerpo se mantenga funcionando de manera adecuada y a mantener un peso saludable.