Pío López Obrador demandó a Carlos Loret de Mola y a Latinus “y les exige que paguen 400 millones de pesos”, según lo dijo el periodista en una de sus transmisiones. La demanda civil viene después de que Loret publicó los videos donde el hermano del presidente recibe sobres con dinero en efectivo.
El argumento tendría que ver con un supuesto daño económico a Pío por esa cantidad, algo inusitado pues no se sabe cuáles sean los negocios que pudo descarrilar la publicación. Incisivo, Loret pregunta: “¿qué negocio le tiramos, eso esperaba ganar en el gobierno de su hermano?, ¿por qué exige esta millonaria reparación del daño, qué compromisos tenía, qué expectativas?
Loret plantea que más bien es una forma de intimidación, de censura.
Lo más interesante es “que hay algo peor”, dice Loret, porque está en riesgo de que lo multen o lo metan a la cárcel 36 horas. La jueza que lleva el caso, Beatriz Elizabeth Silva Mata, ha estado operando “muy extrañamente a favor de Pío López Obrador en este expediente”, dice Loret.
Al periodista más crítico del gobierno, quien reveló el tema de “la casa gris” -investigado por Raúl Olmos-, no lo han podido neutralizar. Es una piedra en el zapato del presidente aunque muchos de los funcionarios de alto rango acceden a entrevistas en su programa. Mientras en Palacio lo vituperan, muestran su presunta riqueza y sus ingresos, el entorno político nacional lo reconoce en su trabajo con su presencia.
Dice Loret que seguirá haciendo periodismo libre al precio que sea. El caso, como muchos otros sin fundamento, no tendrá pruebas del presunto daño para Pío, en cambio le dará a Loret la oportunidad de demostrar que la actual administración no acepta que haya libertad de expresión en el país.
Loret rompió el ordenamiento de la jueza al difundir el juicio. No sería imaginable que lo multaran o lo pusieran a la sombra 36 horas. Hacer víctima de la censura y la intolerancia a un periodista metiéndolo a la cárcel no lo recordamos desde que un funcionario de la Secretaría de Gobernación mandó matar a Manuel Buendía.
Si la jueza cumple su amenaza, le causaría mucho más daño a Pío, al presidente y a Morena que a Loret, quien cosecharía una “exclusiva” inusitada.
La naturaleza del juicio lo hará un proceso largo, muy largo. Durante todo el tiempo Loret tendrá oportunidad de narrar lo que sucede, dando más “hueso” para sus programas y la oportunidad de preguntar durante el juicio sobre los negocios del propio Pío. Vendrán amparos y revisiones de amparo.
Si el juicio no lo aceleran en favor de Pío, la sentencia de primera instancia vendrá después de que el sexenio haya terminado. Si la jueza, como dice Loret, tiene los dados cargados a favor del hermano del presidente, puede condenar a Latinus y a Loret a pagar algo, además de los gastos del proceso. En segunda instancia, frente a un magistrado federal Loret la tiene ganada.
Al final, la demanda civil iniciada por el hermano del presidente irá en contra del “sistema” y a favor del periodista. Sobre todo ahora que conocemos de la independencia de la Suprema Corte.
El tema dará para mucho más. A Loret le dieron, como decimos, en su mero mole. Tendrá tema para rato con el juicio como salsa de todo lo demás que viene.