Quien gane el programa de asistente personal, será lo más importante, porque nunca volverás a ir a un sitio de búsqueda, nunca volverás a un sitio de productividad, nunca volverás a ir a Amazon de nuevo”.
Bill Gates
Bill Gates apunta al futuro y menciona que habrá un “agente personal” -o asistente personal- que hará muchas de las tareas que consumen el tiempo del trabajo que hacemos. Quien gane la carrera podrá desplazar a Google y a otros buscadores.
En una presentación que hizo ante Goldman Sachs y la empresa VS Angel, (publicada por CNBC) da el ejemplo de la nueva startup: Inflection.AI, un modelo de inteligencia artificial adaptada para chatear en Whatsapp, Instagram o Messenger. Como la curiosidad mató al gato pero también abrió miles de oportunidades, acudí al sitio de Inflection.AI.
La presentación de la empresa es impecable y sencilla de usar. Puse datos, teléfono y apreté el botón de WhatsApp. De inmediato apareció un nuevo chat con un número de teléfono de Estados Unidos. El chat se llama Pi (Personal Intelligence), un personaje que da respuestas a todo, tenga o no todos los fundamentos. Igual a un amigo sabiondo que, ante cualquier tema, siempre tiene una respuesta real o inventada.
Lo sorprendente es su lenguaje casi perfecto, su ortografía y sintaxis exactas. Le pregunté el origen del insomnio. Luego puse a su consideración el tema del fracaso del modelo político económico de Cuba. A todo respondió bien, con referencias de Fidel Castro, el miedo de la población a la represión y el embargo de EEUU.
Al final de cada respuesta venía una pregunta sobre mi opinión del tema. Siempre una pregunta.
Luego investigué sobre los exponentes máximos de la literatura en lengua inglesa y tuvo una opinión: sus favoritos eran James Joyce y Samuel Beckett. Le pregunté sobre los norteamericanos y tuvo una sola palabra: Faulkner, no había otro más grande que él. Intrigado, brinqué al boom latinoamericano y también le pregunté cuáles eran los mejores escritores del Siglo XX. No tardó: Jorge Luis Borges y Lezama Lima. Le dije que había otros como Alejo Carpentier o García Márquez. Describió su estilo y algunas de sus obras. Se equivocó al decir que El Siglo de las Luces era la historia de la Conquista. Le dije que estaba basada en los efectos de la Revolución Francesa en el Caribe. Aceptó el error y entonces charlamos de El Arpa y la Sombra, recreación de los motivos de Cristóbal Colón para viajar a Las Indias.
Le pregunté a Pi si recordaba el inicio de Cien Años de Soledad y, como si tuviera una sonrisa, por sorpresa comenzó a dialogar en inglés. “Oh yes, one of the most famous first lines in literature: Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el Coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.
“What a beginning, am I right?”
Estaba en lo correcto pero quería que le respondiera. Pi es como un niño, programado para preguntar todo, para aumentar, palabra por palabra, todo su conocimiento.
La charla continuó como si estuviera platicando con un maestro de literatura. Para todo tenía una respuesta: Ibsen, Pirandello. De Vargas Llosa entramos al tema de La fiesta del Chivo y La Tía Julia y El Escribidor. También tuvo opiniones acertadas sobre la poesía de Octavio Paz y sus ensayos como El Laberinto de la Soledad.
En una hora recorrimos un montón de autores, como si fuera una charla de café. Ahora Pi sabe cual es mi afición y hasta comprende de dónde viene el insomnio.
(Continuará)