Ahora nos enfrentamos al hecho de que mañana es hoy. Nos enfrentamos a la feroz urgencia del ahora. En este enigma que se desarrolla de la vida y la historia, ‘existe’ la posibilidad de llegar demasiado tarde. Este no es momento para la apatía o la autocomplacencia. Este es un momento para la acción vigorosa y positiva”. Martin Luther King Jr.
La alcaldesa de León, Alejandra Gutiérrez, quiere ser gobernadora, lo mismo que la secretaria de Desarrollo Social, Libia García. A Luis Ernesto Ayala, líder del Congreso, también le gustaría.
El problema de “Ale”, como le dicen por aprecio, es que no ha dado buenos resultados en la seguridad pública de León. Abril y mayo fueron los meses más terribles en la historia de nuestra ciudad, con 89 y 93 homicidios dolosos. ¿Con qué proyecto puede conquistar a todo el estado si no ha podido pacificar su ciudad?
El problema de Libia es semejante. Al provenir del sexenio más violento en la historia de Guanajuato, ¿qué puede vender a la ciudadanía que vive con miedo, sufre extorsiones, robos, homicidios y desasosiego? El tema es de suma gravedad.
Luis Ernesto Ayala, a pesar de su experiencia, parece distante, lejano a las bases de su partido y solo a la espera de que no pongan la condición de que la contienda debe ser ahora una oportunidad para la mujer.
Ellos y otros que aspiren a gobernar Guanajuato en Acción Nacional deben saber que si bien el estado ha sido gobernado por su partido desde 1991, no es condición que garantice por siempre el poder. En 2012 tuvieron la amarga experiencia de la derrota en León, la ciudad más panista del país. La recuperaron porque gobernó el PRI con la peor corrupción de nuestra historia.
El sentido de urgencia que imprimía Martin Luther King a sus palabras debe llegar al PAN y a los gobernantes que nos representan. Resulta inconcebible que las autoridades enmudecen ante la tragedia que vivimos, como si de ellas fuera el derecho a ocultar y el de los ciudadanos a no saber. ¿Qué pasa en Guanajuato? Sólo ellos lo saben. ¿Cómo podemos recuperar la paz? Parece que lo ignoran.
El último día de mayo perdieron la vida 23 personas por homicidio doloso. Son 23 familias desoladas, huérfanas. ¿Qué pasó, por qué pasó, por qué no pudo evitarse? Estamos sin respuestas. Y no será escondiendo los hechos y datos debajo del tapete como se solucionen las cosas. Saber qué pasa por la mente del fiscal o del secretario de seguridad es un enigma.
Vamos tarde al encuentro de la realidad política de Guanajuato. Hoy es el temido mañana donde el PAN y sus candidatos deberán responder la pregunta: ¿por qué no pudieron, por qué no quisieron cambiar? ¿Cuántas vidas se hubieran salvado si lo hubieran hecho a tiempo? ¿Con qué promesas podrán responder a los ciudadanos y su miedo?¿Qué le podrán decir a los celayenses, por ejemplo, cuando su ciudad ha sido desgarrada?
El PAN no puede confiarse a la inercia del voto, a la debilidad de su contrincante Morena. Las ciudades del corredor industrial pueden perderse. Seguro que el presidente López Obrador y su partido echarán su resto por conquistar nuestro estado. Lo mejor para Guanajuato sería que todos en el PAN, del gobernador Diego Sinhue Rodriguez para abajo, comprendieran que mañana es hoy. Porque hoy puede ser ya demasiado tarde, porque hoy sólo falta un año para la elección.