Coahuila es una de las pocas historias de éxito”.
Jorge G. Castañeda
El método elegido por el gobierno municipal para decidir sobre bares y giros negros de la ciudad refleja miedo a gobernar. Hay una invitación para que en un foro se decida la conveniencia de cerrar los bares a las 2 de la mañana. Sobran razones o pretextos para que los restaurantes y bares se opongan.
El Ayuntamiento leonés debe tener los elementos suficientes para saber el resultado de la medida. Nadie tiene tanta información como la Secretaría de Seguridad. Al foro convocan a empresarios, funcionarios de los tres niveles de gobierno, profesionistas, entre otros.
Hay temas en que resulta inútil convocar a “las fuerzas vivas” de la comunidad para que den su opinión. Es una perdedera de tiempo. ¿Qué hizo Coahuila para reducir en un 92% la criminalidad? Tuvieron un proyecto a corto y mediano plazo. Lo lograron durante un sexenio y ahora todos los candidatos lo muestran como ejemplo de que sí se puede pacificar una entidad.
El entonces gobernador Rubén Moreira decidió terminar con la violencia que azotaba a su estado. Con voluntad política planteó 15 medidas multidimensionales para tejer una red de protección social. Basta decir que una de ellas fue “prohibir los casinos, las peleas de gallos, los table dance y otros giros del crimen”. Se necesitan agallas para tomar esa decisión. El proyecto lo hizo con expertos y con datos.
Una pregunta: ¿qué aportación ha tenido la mesa ciudadana de seguridad pública en el municipio? Algo o nada, porque no se puede gobernar con la opinión de personas que no son expertas en la materia o no viven la operación diaria en las calles de la ciudad.
Si el problema más grave de Guanajuato es la violencia, los homicidios y la extorsión, nuestros representantes populares deberían de hacer algo urgente. No solo los ayuntamientos, sino el Estado en su conjunto. Luis Ernesto Ayala, el líder del Poder Legislativo puede y debe hacer que el Congreso sea una caja de resonancia de las aspiraciones de paz y seguridad en el estado.
Leímos que los juzgados están saturados de tanta denuncia penal, de tanto juicio por homicidio, extorsión, tráfico de drogas y posesión de armas. También es un problema para los jueces, hasta de sanidad mental porque trabajan horas extras y no ven un avance para dictar tanta sentencia.
Si a los restauranteros les preguntan si quieren cerrar a las dos de la mañana sus bares, van a decir que no. Darán mil explicaciones porque no les conviene. Si a los apostadores de los gallos les preguntan si está bien cerrar la jugada, dirán que no.
Otros dirán que lo mejor sería un toque de queda a las 10 de la noche como el que impuso Nayib Bukele en El Salvador para iniciar la pacificación de su país. Cuando un candidato y una planilla piden el voto ciudadano es porque suponemos tienen respuestas y soluciones a los problemas más graves de la comunidad. Si a medio tiempo voltean y preguntan cómo gobernar, lo más probable es que no sepan hacerlo.
Si quieren tomar decisiones impopulares como cerrar bares a las 2 o clausurarlos cuando no cumplen con la ley; si llaman a foros para luego decir que esa es la voluntad popular, trasladan la responsabilidad de decidir en bola.
No estaría mal que el Ayuntamiento de León invitara a un encuentro al hoy diputado federal Rubén Moreira y al equipo que le ayudó en Coahuila a convertir ese estado en uno de los más seguros del país. Seguro que les ayudarán con gusto.