Guillermo Sheridan, el maestro investigador de la UNAM, hace una crítica demoledora a Marx Arriaga en su reciente artículo en El Universal. El Subsecretario de Educación está empeñado en introducir una ideología de “conciencia de clase” en la Secretaría de Educación Pública. Supimos de él cuando dijo la barbaridad de que no debíamos de leer por puro placer porque era burgués.
Hurgando en la publicación de “Un libro sin recetas para la maestra y el maestro” de la SEP, diseñado por Marx, el profesor Sheridan descubre un ambiguo y torcido proyecto educativo basado en una mezcla de teoría de “descolonización” de la cultura “eurocentrista”.
El maestro Sheridan, quien descubriera el plagio de tesis para la licenciatura de la ministra Yazmín Esquivel, encuentra otra joya del absurdo en el libro de recetas antioccidentales. Lo compara con la paradoja de 86 jóvenes mexicanos que van a Singapur para competir en la Olimpiada de Matemáticas.
Ahondando más el tema, encontramos que 55 de los 86 concursantes son de Jalisco. El periódico Mural publica la nota del viaje con una fotografía del gobernador Enrique Alfaro muy sonriente rodeado de las esforzadas y esforzados estudiantes. Un momento de felicidad para quienes competirán con los mejores de otras 31 naciones en la pequeña isla que sí pudo.
Si investigamos un poco más, la Secretaría de Educación de Jalisco tiene una Liga de Matemáticas, (Limatej) que promueve el concurso entre escuelas públicas y privadas. Más a fondo leemos que el Secretario de Educación de ese estado tiene una preparación alimentada por raíces opuestas a las de Marx Arriaga, director de materiales educativos de la SEP.
Juan Carlos Flores Miramontes, el secretario de Educación de Jalisco, es pedagogo por la Universidad Panamericana (Opus Dei), egresado del IPADE (Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas) y licenciado en física por la Universidad de Guadalajara, entre otros títulos.
Todo queda claro: el éxito de Jalisco al enviar al 64% de los estudiantes mexicanos de matemáticas que competirán, muestra los resultados de una formación estimulada por el mérito. Nada más exacto que una olimpiada de matemáticas, nada más retador que enfrentar a las mentes de los jóvenes más preparados del mundo.
Los niños de primaria, los adolescentes de secundaria y preparatoria que lograron el reto de calificar para Singapur, verán en la isla los frutos de una cultura del mérito. Más allá del concurso, de las cientos de horas de preparación y de su talento, nuestros representantes verán el futuro. El éxito de la “descolonización” es verdadero, auténtico y tangible, cuando la formación de capital humano y económico logra el verdadero milagro de la emancipación de un pueblo. Una nación que pasó del tercer mundo al primero en una generación.
Su capacidad para los números los sorprenderá al preguntarse cómo una ciudad estado con el 59.75% del territorio de León (729 km 2/1220 km 2) puede producir 10.65 veces más por cada uno de los 5.7 millones de habitantes, según datos del INEGI y de la Autoridad Monetaria de Singapur.
Para los jóvenes, después de la olimpiada, su vida no será igual. El placer de viajar, de ver el éxito de otra cultura, de conocer Asia y sentir que pueden tanto como el que más, les abrirá la posibilidad de seguir adelante con la herramienta de la STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en Inglés). Todo con el poder ilimitado de su esfuerzo, de su mérito. Algo que Carlos Marx nunca comprendió en su verdadera dimensión y menos lo hace Marx el autóctono.