Los resultados de FEMSA (Fomento Económico Mexicano), en el segundo trimestre del año son muestra de lo que es capaz una compañía que evoluciona. La empresa de OXXO y Coca Cola eleva sus ventas en un 18% comparadas con el mismo trimestre del año 2022.

Hoy es una de las empresas consolidadas preferidas por los inversionistas de largo plazo.

Lo que fuera hace unos años una corporación de bebidas (Cervecería Cuauhtémoc y Coca Cola), encontró y dominó el mercado de las tiendas de conveniencia o de cercanía con OXXO. Locales que venden mucho más que papitas, refrescos y periódicos. En pocos años se convirtieron en un lugar de pagos y de transacciones económicas para las familias.

Sus millones de clientes compran tiempo aire, pagan servicios públicos y ahora obtienen tarjetas de débito. OXXO creció tanto que tiene un estimado de 21 mil tiendas en todo el mundo. La visión de José Antonio Fernández no se quedó en México porque crecieron en Brasil, Colombia, Perú, Chile. En Europa compraron una cadena en Suiza. En México OXXO puede convertirse en el banco con más sucursales, en la farmacia de la esquina o en la distribuidora de lo que dé la imaginación.

Sin embargo, fue una de las empresas más criticadas y atacadas desde Palacio. Primero porque compraban energía limpia, porque sus tiendas pagaban “menos que una casa” y porque no dependían, como otras empresas, de la aprobación del presidente. Su avance no pudo pararlo nadie, ni siquiera los múltiples atentados que sufrieron en algunas zonas por cuenta del crimen organizado.

FEMSA tendrá un EBITDA, (flujo de utilidades antes de impuestos y depreciación) de unos 300 millones de pesos diarios. Un río de dinero que produce beneficios para accionistas, colaboradores, y muy importante, para la Hacienda Pública. Tan sólo en tres meses vendió 198 mil millones de pesos. Es difícil siquiera imaginar esa cantidad.

Del otro lado está la empresa paraestatal Pemex, la petrolera más endeudada del mundo. Mientras todas, o casi todas, las petroleras tuvieron dos años de bonanza inesperada, nuestra paraestatal perdió como siempre. A tal grado que las agencias calificadoras degradaron su deuda a papel “chatarra”. Pemex tiene que pagar más del 10% anual en dólares sobre una deuda de más de 100 mil millones de dólares. 

Pemex con una administración como la de FEMSA podría brillar como una petrolera mundial, en constante crecimiento y con beneficios para todos: trabajadores, la Hacienda  Pública y los ciudadanos (quienes somos socios invitados de palo, en las buenas y en las malas).

Pemex no ha cumplido las metas propuestas por su actual administración, ni ha logrado erradicar el robo de combustible que debe costarle unos 20 o 30 mil millones de pesos al año. Tampoco ha sembrado para el futuro invirtiendo en energías limpias como lo hacen todas las petroleras del mundo con parte de sus excedentes. Lo que logra es vender más combustóleo a la CFE para no perderlo, pero con grandes daños a la salud de los habitantes de Nuevo León, Hidalgo, Salamanca y la CDMX por sus termoeléctricas cochinas. 

Sólo para comparar. Pemex perdió más de un millón de millones en cuatro años. Tan sólo en 2022 perdió 172 mil millones de pesos. Ahora Hacienda sale al rescate para alivio de sus deudores y del crédito público nacional porque convertirá su deuda en deuda pública. Veremos qué pasa en los próximos días.

 

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