Dentro de la confusión generada por ‘Alito’ Moreno, presidente del PRI, hay algo muy claro: ¡Xóchitl va! Las encuestas presentadas le dan un amplio margen de ventaja sobre Beatriz Paredes, quien contendió con la mayor dignidad y lealtad.

No importa lo que digan los partidos, los ciudadanos tienen claro que Xóchitl es la más competitiva y la única candidata que podrá enfrentar al presidente López Obrador en su penosa lucha por detenerla.

El presidente “se pasó de lanza”, dice Xóchitl ante la andanada de ataques y descalificaciones desde Palacio. Agresiones que muestran miedo ante la emergente capacidad de la hidalguense para enfrentar los  retos de una campaña hacia la presidencia.

Lo que no entendieron los partidos, es su irrelevancia. Los ciudadanos, armados con una candidata que llena las expectativas, e incluso las rebasa, no necesitarán mucho de los partidos, menos de sus dirigentes. Mientras Xóchitl se perfila para ser la líder de oposición, Marcelo Ebrard es un lamento. Traicionado por su jefe, ve con angustia cómo se escapa la candidatura presidencial. La certidumbre que hay en el Frente Amplio por México, contrasta con la tormenta inminente de Ebrard contra Sheinbaum.

Desde el día uno de las encuestas, Ebrard llora por el caos, el desorden del ejercicio de su partido, como si no supiera que los dados estaban cargados desde el principio. El hombre experimentado, el político de mil batallas, el discípulo de Manuel Camacho y compañero de mil batallas de Andrés Manuel, quedará desquiciado ante lo que todo mundo veía venir: Claudia es la designada.

Lo saben los diputados y senadores de Morena, lo saben los gobernadores y funcionarios públicos. Todos lo sabemos. “EsClaudia”.¿Qué hará el ex Canciller para remediar su angustia?¿cómo podrá explicar a sus seguidores que todo fue un teatro orquestado por quien fuera su segundo en el Distrito Federal, Mario Delgado?

Beatriz Paredes y todos en el Frente van en una línea institucional; en Morena hay una cargada como nunca habíamos visto desde que el PRI era el partido oficial. Mientras el Frente construye una candidatura, Morena se destruye en pugnas internas porque este país no aguanta más dedazos. Eso es importante y va más allá de la popularidad del presidente o los beneficios económicos entregados a millones.

Claudia no es la mejor opción, eso lo saben todos los expertos. El gran apoyo de la Federación y los gobernadores de Morena, puede ser insuficiente como sucedió con Francisco Labastida, el primer candidato oficial del PRI que perdió una elección. Comparamos a Xóchitl con el empuje y genio de Vicente Fox. Es cierto, Fox no fue el candidato del PAN sino el de la sociedad civil, el de los ciudadanos.

La alternancia, sin embargo, tiene un obstáculo enorme con un gobierno autoritario que difícilmente aceptaría una derrota. López Obrador no es alguien a quien se le pueda ganar por poco. Tiene que haber contundencia. Seamos claros: Claudia no es Claudia, sino la representación de una idea con el rostro del tabasqueño. La contienda no será Xóchitl vs. Claudia, sino López contra Xóchitl. El presidente “se pasará de lanza” cuantas veces quiera y hará campaña desde la mañanera, desde Palacio.

Claudia irá en la boleta pero el presidente será el candidato verdadero. Eso implica una lucha como nunca la habíamos visto antes. El problema para el partido oficial es que si Palacio “se pasa demasiado de lanza”, en demasiadas ocasiones podría convertirse en la fuerza de impulso de Xóchitl, como lo ha sido hasta ahora. 

 

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