Una forma de conocer a los candidatos para las elecciones que vienen es su cartera de proyectos, sus ideas de cómo mejorar al estado. Encuesta tras encuesta el primer reclamo público es la seguridad. A tal grado llega el deterioro que un amigo comentaba que iba caminando por el bulevar López Mateos en León y se encontró con un conocido que le dijo: “¿qué haces caminando por aquí?”.
La referencia es sencilla, alguien considera que caminar por la calle más céntrica de la ciudad puede ser un riesgo. Otro ejemplo: para los vecinos de la colonia Brisas del Campestre la vida no transcurre en paz. Desde que se construyó en lo alto del poniente, nunca hubo la presencia de una Policía que pudiera contener la violencia, los asesinatos. Pero no sólo son las colonias populares las que viven con miedo.
En una de las urbanizaciones más bellas y cuidadas como es El Mayorazgo al oriente de la ciudad, en el bulevar central que está abierto a la circulación, las casas están enjauladas, todas con rejas de piso a techo. Los vecinos que viven en cotos con muros de seguridad y vigilantes no necesitan esas protecciones. Y si eso pasa en León, en Celaya, Irapuato y Salamanca las cosas están igual o peor. El ritmo de homicidios parece una constante que a veces baja de un promedio de 10, pero luego vuelve a subir. Poblaciones pequeñas como Purísima y San Francisco no encuentran semana de respiro.
Aunque la campaña formal llegará hasta el año que viene, la lucha está planteada entre el PAN y Morena. Los candidatos: Libia García y Ricardo Sheffield son los de más relevancia dentro de sus partidos. Vale la pena preguntarles desde ahora, ¿qué harán para detener la violencia? Miguel Márquez Márquez propuso un “Escudo” que nos costó unos 200 millones de dólares pero, en los números, fue un gran fracaso. Diego Sinhue planteó un “Golpe de Timón”, pudo colaborar en la detención del líder del Cártel de Santa Rosa de Lima, pero no en parar la ola de violencia que marca récords históricos.
Hay otros problemas graves como la sequía y el futuro del abasto de agua a las ciudades y al campo. En la redacción de las noticias siempre estuve en contra de decirle al agua el “vital líquido”. Hoy ese lugar común se convirtió en una descripción que antes no tenía mucho sentido. Dábamos por hecho que al abrir la llave o al sacar agua de un pozo, ahí estaría el agua. Ahora los técnicos le llaman “estrés hídrico”, algo que siempre definimos como sequía a secas.
Como si esos dos temas fueran suficientes para tener insomnio, tenemos el reto de proyectar el Guanajuato del 2050. Porque no solo se trata de resolver el presente sino de crear y construir el futuro desde hoy. En la punta del conocimiento está la Inteligencia Artificial, herramienta que transformará la vida como ninguna otra tecnología. ¿Podremos aprovecharla para todo lo que puede ayudar como la educación, la eficiencia de la función pública o la transformación de los servicios de salud?
Necesitamos exploradores del futuro en apoyo a los candidatos. (Continuará)
Gsz