Carlos Loret de Mola, en el episodio 72 difundido ayer de charlas con Brozo, plantea algunas de sus tesis más importantes sobre el fin de sexenio. En un supuesto escenario de un consultorio médico en Dinamarca, Loret plantea que el reconocimiento al general Salvador Cienfuegos, es la muestra de la claudicación del poder civil al militar.
La fotografía donde el presidente López Obrador entregó una presea al general, muestra el rostro inclinado del mandatario frente a un general que lo supera en estatura y postura. La teoría de Brozo, planteada en su presentación del viernes del “Payaso Tenebroso” es que el sexenio terminó con esa fotografía.
El payaso y el periodista son los críticos más duros que ha tenido la llamada 4T desde que comenzó el sexenio. Brozo es el cómico más insolente, atrevido y rumboso de la televisión abierta y sin límites: YouTube. A medida que pasaron los meses, el tono crítico se elevó hasta niveles nunca vistos. En ocasiones brincando rayas que en otros tiempos le hubieran causado la pérdida de su libertad.
Para Loret es claro el sometimiento del Presidente al poder militar. Antes de llegar a Palacio, López Obrador se valía de causas como la de los 43 jóvenes asesinados de Ayotzinapa. Acusaba un crimen de Estado, es decir, una masacre permitida y tolerada por Enrique Peña Nieto y el Ejército. El general Salvador Cienfuegos, a quien hoy da galardones, era el General Secretario de la Defensa Nacional cuando presuntamente sus soldados supieron del secuestro y asesinato de los estudiantes.
Loret, el crítico, y Brozo, el hipercrítico, no paran en la lista de contradicciones del actual gobierno como la traición al movimiento antimilitarista que llevaba en la sangre la izquierda mexicana.
Si Claudia Sheinbaum llega al poder, tendría que someterse al poder casi ilimitado que otorgó su mentor al Ejército y a la Marina según la teoría Loret. Los “Guacamaya Leaks” abrieron una ventana a los usos y costumbres del General Luis Crescencio Sandoval en sus viajes familiares, totalmente opuestos a la prédica de austeridad republicana desde las mañaneras.
Los análisis y las investigaciones de Loret y Latinus, han descubierto corrupción, tráfico de influencias y desorden en el gobierno de la llamada 4T. Pero nada tan grave como asegurar que, sin darnos cuenta, pasamos de una democracia con separación de poderes y subordinación del mando militar, a una especie de autocracia castrense.
Más adelante, en el programa, Loret dice que Xóchitl Gálvez debe de usar las mismas técnicas que usó López Obrador para ganar la elección. Apretar con fuerza en los temas que duelen a Morena: la caída del Metro; los migrantes quemados en Juárez y la extraviada política exterior. Pareciera que el periodista orienta al Frente Amplio por México cómo competir con fuerza.
La mejor noticia de lo que hacen en Latinus es la libertad de expresión. Lo mismo que hace Carlos Alazraki en Atypical TV y muchos otros críticos desde las redes sociales. La mano de la censura no los alcanza ahí.
Aunque los programas de Brozo y Loret son interesantes, difiero en el tema del poder militar sobre el del Presidente. Mientras Lopez Obrador tenga la potestad de cambiar de generales o almirantes, él y nadie más que él, es el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas. Eso lo saben los soldados y los marinos y eso, por fortuna, nos mantiene como una república democrática, con todo y sus problemas.