La muerte trágica de Adolfo Enríquez Vanderkam significa el fracaso de los tres niveles de gobierno en Guanajuato. El licenciado Enríquez o Adolfo, como se le reconocía en los medios, tenía información profunda de lo que sucedía en la ciudad. Sus datos eran sorprendentes aún para las corporaciones policíacas. Incluso hacía resúmenes mensuales con estadísticas de criminalidad por colonia.
Su valor al difundir temas de seguridad en un estado extraviado, en un León donde el 80% de los ciudadanos tiene miedo, donde las garantías individuales casi no existen, era una apuesta delicada. Él iba más allá de todo por mostrar una realidad terrible y muy incómoda para delincuentes, jefes policíacos y gobernantes.
Como se dice en el argot policiaco, ponía el índice en hechos y personas. Le costó la vida. La comunidad lo reconoce como un ciudadano generoso porque defendía a personas sin recursos y no escatimaba esfuerzos por ayudar.
Lo que recibía a cambio eran amenazas que publicaba en su sitio de Facebook. Hace dos años falleció su mamá y pensó en retirarse de sus investigaciones. Regresó por vocación de servicio, como la tuvo su hermana Mayra Enríquez Vanderkam, quien estuvo en la Secretaría del Ayuntamiento de León y falleciera prematuramente.
Ahora que llegan las campañas políticas tenemos que preguntar a las aspirantes qué proponen para que terminen 10 años de violencia en nuestro Guanajuato. Así como la mayoría de los leoneses piensan que debe haber cambios a nivel nacional, también quieren que termine la pesadilla de violencia.
Tenemos crecimiento económico, avance en el empleo y recuperación del ingreso en las ciudades más importantes y oportunidades de inversión que pocos estados presumen. El agujero negro sigue siendo la falta de gobierno en la seguridad pública. Adolfo, solo, mostraba más información de la criminalidad que la propia Fiscalía del estado o la Policía de León. De ahí la incomodidad para el Ayuntamiento que se sentía rebasado por un solo hombre.
Cualquier gobernante sensato hubiera empoderado a Adolfo dándole tarea en el servicio público. Desde dentro pudo defender su vida con la aportación de su talento investigador. Al despreciarlo, la autoridad se colocó en posición de complicidad en casos concretos.
¿Qué va a proponer Libia García, qué dirá Alma Alcaraz como candidata de oposición? Una y otra vez preguntaremos porque de ello debe depender el voto ciudadano. Al apagarse una vida que daba luz a nuestra realidad, la ciudad pierde mucho y abre la puerta al terror. Hace tiempo que las víctimas no denuncian por miedo. Aunque sectores de la sociedad saben a quién asaltaron, en qué colonia y fecha, las denuncias no llegan al Ministerio Público. Alejandra Gutiérrez, la alcaldesa, quiere reelegirse. ¿Qué puede vender como logro si los homicidios crecieron como nunca en nuestra historia, si los robos de alto impacto siguen impunes?
Todo avance material palidece ante lo que es la primera obligación del gobierno: dar seguridad a los ciudadanos en sus vidas y pertenencias. ¿Por qué otros estados y ciudades pudieron cambiar y reducir hasta en un 90% la delincuencia y los homicidios y nuestras ciudades de Guanajuato no?
**Vota porque en ello va la vida de miles que hoy mueren por falta de determinación de los tres niveles de gobierno**