Hay un problema en León que puede destruir su futuro si no se atiende de inmediato. Un tema silencioso que no aparenta tener la mayor importancia para las autoridades o los empresarios.
Un juez decretó el alto a un emprendimiento legítimo y de gran provecho para la ciudad: el centro comercial City Center. Bajo el alegato (falso) de que el desarrollo inmobiliario limitaría el abasto de agua potable a los vecinos, se paró en seco una inversión de 6 mil millones de pesos. Unos mil 500 empleados entre obreros de la construcción, oficinistas, funcionarios y empleados de comercios están a la espera de iniciar su trabajo en el conjunto comercial, de oficinas y vivienda.
Quienes los detuvieron, alegando barbaridad y media desde hace años, son un grupo minoritario que no es representativo, sin embargo tiene a toda la ciudad como rehén, veamos por qué: City Center es una de las inversiones inmobiliarias más importantes de los últimos años en la ciudad. Empresarios apoyados por fondos de inversión en Afores, por ejemplo, confiaron en el apoyo de las autoridades para crear un centro de comercio, convivencia y vivienda junto al parque de Los Cárcamos.
Desde el principio del proyecto los autonombrados ambientalistas se opusieron. En ese entonces tomamos registro del abandono e inmundicia en el que estaba el parque y el cambio, para bien, que tendría esa zona al norte de la ciudad. Afortunadamente las autoridades dieron todos los permisos y factibilidad de uso de suelo, agua, electricidad.
La pandemia detuvo por un tiempo a City Center pero los empresarios no desistieron de su propósito y hoy el conjunto es uno de los lugares más hermosos de la ciudad. Al detener su conclusión y funcionamiento, el daño se extiende a toda la población. En todo el país los fondos de inversión y empresarios inmobiliarios sabrán que en León no hay garantías para crear y desarrollar proyectos. A quienes están por trabajar en el lugar, se les cancela una oportunidad por el capricho de unos cuantos. Media docena de “activistas” revientan el derecho al empleo de mil 500 leoneses.
Pero eso es apenas el principio de una cadena de desgracias porque León no puede parar su desarrollo sin que afecte a todos los ciudadanos. El problema es que muchos empresarios piensan que el daño es sólo para City Center. Imaginemos que los activistas mantienen en jaque a la ciudad. ¿Cuánto vale el inventario de tierras si son viables, cuánto si son presa de resentidos sociales cuyo fin es lucrar con el fracaso de quienes invierten?
El daño se podría valorar en decenas de miles de millones de pesos y miles de empleos perdidos. En un momento en que la urbe tiene que transformar su vocación zapatera hacia industrias y servicios de mayor valor agregado, tratar de frenar el crecimiento y el desarrollo es un crimen social. No tanto para quienes tienen capital, sino para los trabajadores y la clase media que depende de una demanda sólida de empleo.
Si la ciudad ha caído al lugar número 14 de 17 (información del IMCO) en competitividad dentro de las metrópolis de más de un millón de habitantes, seguro que nos iríamos al fondo de la lista mientras ciudades como Saltillo, Querétaro, Chihuahua o Puebla fortalecen su atractividad.
Este tema da para mucho más, para un análisis profundo del problema, sus implicaciones y la mejor forma de solucionarlo.
**Vota para que las minorías no pongan en Jaque tu futuro**