El gobierno federal, justo a cinco meses de la votación, repartirá dinero como si no hubiera mañana. En Guanajuato los apoyos sociales llegan a 23 mil millones de pesos. Podrían llegar menos pero, aún así, la cantidad será histórica.
Para defenderse un poco de la estrategia de la llamada 4T, el gobierno del estado, encabezado por el PAN, rompe el cochinito con apoyos de mil 500 millones. Igual, no sabemos si llegarán a esa cifra o más. La asimetría de las cantidades habla mucho del temor de ambos bandos a perder las elecciones.
El PAN tiene la ventaja histórica desde hace 32 años, pero el gasto social directo en ayudas a más de 600 mil guanajuatenses puede ayudar a Morena. La compensación del estado a las beneficiarias no llega siquiera al 10%. El problema es el mismo que tuvimos con el PRI hace cuatro décadas: los programas sociales se anunciaban como un “logro” de la administración y no un regreso de fondos públicos, es decir, de todos.
En este campeonato desigual, el PAN cayó en las prácticas añejas que tanto criticaba: acarreos masivos liderados por su candidata; además de lonches y ayudas. El argumento del buen gobierno para competir quedó atrás. Por fortuna para los blanquiazules la clase media guanajuatense sabe que no hay obligación de votar por quien les entrega dinero de los contribuyentes. En la época en que eran candidatos de oposición, los del PAN decían: toma lo que te den pero vota por nosotros.
Lo mismo sucede en otros estados. La federación se va a endeudar con dos millones de millones para soltar todo el dinero en los primeros años del mes. Siempre que Hacienda abre la llave, hay una sensación de alivio porque circula dinero, hay consumo y la economía crece. Es como una familia que pide prestado para ir de vacaciones y no le importa cuándo ni cómo llegará la cuenta. El problema futuro ni siquiera será la deuda pública de hoy, sino la imposibilidad de sostener un sistema de pensiones universal que crece mucho más rápido que el país.
Esa no es la preocupación de nuestros políticos. Tampoco confían en sus logros cuando tenemos la peor violencia desde la revolución. Responsabilidad compartida por la federación y el estado; por las fiscalías estatales y la Fiscalías General de la República; por los policías estatales, locales, la Guardia Nacional y el Ejército.
Para la conformación del nuevo Congreso, tiene también importancia lo que harán los demás estados. Si Morena cuenta con 22 de 32 gubernaturas, vendrán “gastos” de campaña disfrazados de programas sociales. Vivimos en una simulación donde los límites de gasto los rompió Morena desde el inicio de la precampaña de Claudia Sheinbaum. La austeridad terminó.
Es un misterio lo que gastará en campaña el partido oficial, pero, si nos guíamos por los espectaculares, las bardas y la propaganda en redes sociales, podemos asegurar que será cientos o miles de millones el armamento electoral del oficialismo. Xóchitl Gálvez sabe que participa en una elección desigual, una elección de estado. Su rival cuenta no sólo con todo el andamiaje del partido en el poder, sino con el ilegal apoyo abierto del presidente López Obrador.
Pero Vicente Fox enfrentó también una competencia desigual y ganó. (Continuará)
**Faltan 5 meses para la elección: ¿sabes dónde está tu credencial de elector?**