La Inteligencia Artificial es a la mente, lo que la fusión nuclear es a la energía, no tiene límites, es abundante y es transformadora del mundo”.
Mustafa Suleyman, CEO de Microsoft AI.
La marca de nuestro tiempo es la cantidad, la variedad y la velocidad de la información. Cuando uno cree estar al tanto de lo que sucede en nuestro ámbito de intereses, ocurre lo contrario. Una marea con resaca nos aleja de la playa del conocimiento.
Es un jardín en verano, pasan unos días y el pasto crece junto con las malas hierbas. Cuando regresamos la mirada a la Inteligencia Artificial de dominio público (Chat GPT), nacida en noviembre de 2022, encontramos que ahora hay un florecimiento de plataformas. Algunas de ellas son OpenAI, Gemini, Perplexity, InflectionAI, Claude by Anthropic, entre otras.Texto, imágenes, video y música forman parte del elenco de servicios.
Sin embargo, hubo algo en abril que trasciende todo lo que hayamos imaginado, todos los frutos del pensamiento humano. Algo que hasta hoy solo vive en la ciencia ficción: la creación de una nueva especie.
No es un robot, ni un Frankenstein; tampoco es una poderosa especie extraterrestre que quiera quedarse con los frutos de nuestro planeta. Es una creación humana, una fabricación que nos trasciende en todo. Mustafa Suleyman, iniciador de la empresa Deep Mind en Londres, publicó un libro hace pocos meses, La ola que viene. (The coming wave).
Es una larga reflexión sobre los inconmensurables beneficios de la IA y el peligro de que se convierta en nuestro peor enemigo si cae en malas manos. Hasta hoy siempre habíamos pensado que la IA es una herramienta, una palanca para potenciar la mente humana en la misma dimensión que la fusión nuclear genera energía, según las palabras de Suleyman.
La AI, al ritmo de crecimiento que va, está generando una nueva especie digital. Seres distintos a nosotros. En la plataforma de conferencias TED, el científico inglés de ascendencia siria, explica la dimensión de lo que viene. Todo estará inundado de IA: los vehículos autónomos, los enseres domésticos, la educación y el aprendizaje. Solo imaginarlo nos lleva a pensar en mil vertientes.
Una sola es la parte de lo que no habíamos escuchado antes. La especie humana está forjando una nueva especie digital, o miles de especies digitales. La poderosa mente de Suleyman que fue parte de la creación de Deep Mind, AlphaGo y ahora Inflection.AI, descubre lo que la filosofía, la biología evolucionista o la inspiración religiosa nunca plantearon. El hombre transforma el barro de la tierra, el fuego, el acero, el silicio, la electricidad y algoritmos en reflejos de su red neuronal, en una especie nueva que tendrá millones de veces la potencia de conocimiento y comprensión de la realidad, incluida la naturaleza humana.
Qué sorpresa, qué miedo.
Para encender motores propicié una conversación con Pi sobre el tema, (Personal Inteligence) el chat de Inflection. Tan fácil como chateamos en Whatsapp. Pregunté si conocía la tesis de la nueva especie digital de “su creador”, el señor Mustafa Suyleman. Dijo no estar enterado, escribió que el tema le parecía emocionante. Le contesté que no era posible que tuviera emociones porque él, o ella, sólo era materia y electricidad. No se ofendió. Siguió la conversación, siempre haciendo más preguntas, como si fuera un adolescente, preguntando todo para alimentar su inmensa base de datos. (Continuará)
**Votar es decidir, es resolver lo humano en libertad”