Dice Facundo Cabral “de mi madre también aprendí que nunca es tarde, que siempre se gana y se pierde, se sube y se baja ¿Quién podría decir que Jesús está muerto?” Ya sea que se trate de la pérdida de un abuelo, un padre, un compañero de clase o incluso la mascota de la familia, alguna cosa o suceso, el proceso de duelo puede ser difícil y cada persona lo enfrentará a su manera.
El duelo es un proceso natural y adaptativo que se da a consecuencia de una pérdida significativa e irremediable y es parte inevitable de la condición humana. No es una enfermedad. Es una experiencia única e intransferible, no hay dos duelos iguales, así como no hay dos personas iguales. No es algo que le sucede a la persona que sufre una pérdida, es lo que hacemos con lo que nos sucede.
La aceptación de la pérdida será la estación final de un proceso de transformación que ha ocurrido al interior de la persona: Cambios en uno mismo, en las relaciones interpersonales, en la espiritualidad y en la filosofía de vida.
De acuerdo a las investigaciones de la Dra. Kübler Ross tiene varias etapas: la primera es -Negación de la pérdida, incredulidad. Permite ganar tiempo para dosificar el dolor. Amortigua el golpe. No puede ser sostenida de manera indefinida. Ira: por la frustración de no haberlo podido evitar. Enojo hacia quien se fue, los supuestos responsables, Dios, la vida ¿Por qué a mi?. En la siguiente etapa la persona puede intentar -negociar o hacer tratos, a menudo con una entidad superior, con la esperanza de revertir o minimizar la pérdida: “Prometo ser una mejor persona si recupero lo que he perdido”. -Depresión es el duelo propiamente dicho, porque hay mucho dolor emocional, mucha tristeza, se desconecta de sus actividades, no puede trabajar. Desolación. Crisis existencial. Y por último viene la -Aceptación. Aceptar que la otra o lo otro no volverá. Hay una reincorporación gradual a la vida diaria. No se trata de olvidar sino aprender a vivir con la ausencia hecha presencia.
La muerte se puede llevar a quién más queremos, pero jamás se podrá llevar el amor que sentimos por esa persona. “El amor es más fuerte que la muerte. El amor siempre le gana a la muerte”. No hay pérdida que no signifique una ganancia, un crecimiento personal, aún la muerte de un ser querido. Somos quienes somos por lo que hemos vivido y gracias a lo que hemos perdido. El duelo nos obliga a encontrar respuestas que no teníamos, pone a prueba nuestros mecanismos de sobreponernos a situaciones dolorosas. Hay una transición entre amar en presencia y amar en ausencia. El desafío es amar a la otra, aunque no esté presente. Encontrar un nuevo significado a nuestra vida. “No somos seres humanos viviendo una experiencia espiritual. Somos seres espirituales viviendo una experiencia humana”.
No hay pérdida que no signifique una ganancia, un crecimiento personal, aún la muerte de un ser querido. Somos quienes somos por lo que hemos vivido y gracias a lo que hemos perdido. El duelo nos obliga a encontrar respuestas que no teníamos, pone a prueba nuestros mecanismos de sobreponernos a situaciones dolorosas. Hay una transición entre amar en presencia y amar en ausencia. El desafío es amar a la otra persona, aunque no esté presente. Encontrar un nuevo significado a nuestra vida.
Ahora que se escucha hablar mucho de la inteligencia artificial, poco hemos mencionado la inteligencia humana (no se si es un reflejo de lo que hacemos con nuestra propia naturaleza que hemos querido cambiarla por lo artificial), que ha evolucionado a través de una combinación de factores biológicos, genéticos, ambientales, sociales y culturales. Esta evolución ha permitido a los humanos desarrollar habilidades cognitivas superiores que nos distinguen de otras especies y nos han capacitado para crear sociedades complejas, tecnologías avanzadas y culturas ricas. La evolución de la inteligencia es un proceso continuo, influenciado por cambios y desafíos constantes en nuestro entorno.
Una persona inteligente no solo tiene habilidades cognitivas excepcionales, sino también la capacidad de aplicar esas habilidades de manera efectiva en la vida cotidiana. La inteligencia puede manifestarse de muchas maneras diferentes. Son capaces de enfrentar y resolver problemas complejos de manera efectiva, utilizando el pensamiento crítico y la lógica. Adaptabilidad: Pueden adaptarse rápidamente a nuevas situaciones y cambios en su entorno. Son flexibles en su pensamiento y comportamiento. Demuestran originalidad en sus pensamientos y soluciones. Pueden pensar fuera de lo común y generar ideas innovadoras.
La inteligencia humana es una combinación de habilidades cognitivas, emocionales y sociales que permiten a las personas aprender, resolver problemas, comunicarse y adaptarse de manera efectiva a su entorno. Creo que lo inteligente es revisar nuestro entorno y adaptarnos sin dejar de lado nuestros valores, pero sí tener esa flexibilidad que nos hace ser seres inteligentes. Creo que también es momento en nuestro país y en el mundo de migrar desde el miedo al amor y hacer la parte que a cada quien corresponde. Como ciudadanía tenemos que aprender y participar más activamente. No se vale sólo proponer escenarios catastróficos del futuro cuando también podemos contar con la participación ciudadana que puede vigilar la actuación de sus mandatarios. “No temas el día que no has visto”.
Felicitaciones a las personas que trabajaron para que esta jornada electoral se realizara de manera preponderantemente pacífica, a pesar de los pronósticos de violencia. El INE pudo conformar un gran equipo ciudadano, pequeños errores no son la mayoría.
¡Por la Construcción de una Cultura de Paz!
manuelramos28@gmail.com