Celaya, Guanajuato.- “Como cada año, vengo a ponerle su altar a mi madrecita, que sepa que no la olvido, ni un solo día”, fueron las palabras de la señora Lilí mientras cambiaba una flores secas para poner unas nuevas ante la tumba de su mamá.
El Panteón Sur recibió a miles de personas que con cubeta en mano, se dedicaron a limpiar, barrer, adornar y colocar la tradicional ofrenda para el ser querido que se les adelantó.
Era muy común que las familias se sentaban alrededor de la tumba y como si estuviera presente, platicaban, recordando los mejores momentos y manteniendo la esperanza de que su familiar ya está descansando.
“Es parte de la tradición, recordar a nuestros seres queridos, porque mientras el recuerdo siga, su memoria perdura” resaltó Lilí.
Algo que resultaba conmovedor era ponerle la música que más le gustaba en vida, ya sea con una bocina, el celular o con un conjunto musical.
Canciones como amor eterno o recuérdame del éxito de Disney “Coco” se podían oír.
Siempre me harás falta madrecita, no hay día que no te piense, agradezco todo lo que hiciste por nosotras, como nos sacaste adelante, nos enseñaste de todo, menos a vivir sin ti, pero aquí sigo, de pie como nos enseñaste”, finalizó Lilí.
Con un rosario, pidiendo por el eterno descanso y que siempre interceda por ellos, varios familiares se fueron despidiendo, llevándose el recuerdo de sus familiares en el corazón, celebrando que en este día, la delgada línea entre la vida y la muerte desaparece y por una vez al año, los espíritus de los familiares los visitan, para refrendar el cariño que en vida tuvieron.
A las afueras del panteón, la verbena estuvo en su esplendor, venta de comida, agua fresca, botanas, flores y cubetas eran parte del paisaje.
GT