La partida de Valentina ha dejado una banca vacía en la Escuela Primaria Cuauhtémoc, una ausencia profundamente sentida por toda la comunidad educativa.

Celaya, Guanajuato.- Con lágrimas y un pequeño moño blanco pegado en la puerta es como docentes y alumnos de la Escuela Primaria Cuauhtémoc recordarán a Lizbeth Valentina Rivera Castro, quien cursaba el cuarto año de primaria y que murió tras un ataque armado cuando viajaba en compañía de su mamá, una elemento de la Policía Municipal de Celaya.

Un moño blanco fue colocado en la entrada de la primaria Cuauhtémoc. Foto: Staff AM

La información fue proporcionada por docentes de la escuela, quienes solicitaron permanecer en el anonimato.

Fue una noticia muy dura el enterarse de lo que había ocurrido esa mañana de martes, pues una de nuestras alumnas ya no volvería a su salón de clases”, comentaron los docentes, destacando el impacto de la tragedia en la comunidad educativa.

Describen a Valentina como una niña alegre, carismática y ejemplar.

“Se había ganado el cariño no solo de los maestros sino de gran parte de la comunidad estudiantil (…) siempre cumplió en tiempo y forma con todos sus trabajos y tareas, además de que sus calificaciones siempre fueron superiores al nueve”.

Valentina era una niña alegre, carismática y ejemplar. Foto: Staff AM

Una maestra compartió conmovedoramente una conversación que tuvo con Valentina en la que se destacan sus sueños y el optimismo de la pequeña.

El año pasado participó para reina de la primavera pero no ganó. Quedó en segundo lugar, pero le dieron su reconocimiento de princesa y siempre me decía que este año sería el bueno, que este año iba a ganar”.

Los docentes también recordaron cómo Valentina, conocida cariñosamente por sus amigos como “Vale”, soñaba con crecer y convertirse en una reconocida veterinaria para poder ayudar a todos los animales que no podían defenderse por sí solos.

Los sueños de Valentina fueron frustrados por la violencia que se vive en Celaya. Foto: Staff AM

“Era muy común verla siempre acompañada de sus amigas, jugando con los niños del salón, siempre con una sonrisa y muy simpática”, señalaron.

Sobre su sueño de ser veterinaria, una anécdota particularmente emotiva revela la profundidad de su interés.

“Había una docente que tenía una hermana que es veterinaria. La muchacha le grabó un video, un audio, donde demostraba lo que era el trabajo de un veterinario. Valentina quedó tan fascinada con el video que decía, ‘eso quiero ser, yo voy a ser veterinaria'”.

Una banca vacía en la Escuela Primaria Cuauhtémoc

La partida de Valentina ha dejado una banca vacía en la Escuela Primaria Cuauhtémoc, una ausencia profundamente sentida por toda la comunidad educativa. 

Desafortunadamente, una banca más quedó sola en la escuela, y es perceptible la ausencia que dejó Valentina tras su partida”, reflejando el vacío dejado por su trágica muerte.

La historia de Valentina Rivera Castro, contada a través de los recuerdos de sus maestros y amigos, pinta el retrato de una niña llena de vida, sueños y un inmenso potencial que fue trágicamente cortado.

El patio de la escuela donde Valentina estudiaba. Foto: Staff AM

Teresa Estefanía, una gran madre y policía

Los docentes también destacaron la admirable dedicación de la madre de Valentina, Teresa Estefanía Castro Ramírez, quien, a pesar de ser madre soltera y su exigente trabajo como oficial de la Policía Municipal de Celaya, siempre estuvo presente en la educación y eventos importantes de su hija. 

La catalogaron como una mujer responsable y dedicada a Valentina, reflejando el fuerte vínculo entre madre e hija y el esfuerzo de Teresa por equilibrar su rol como madre y su carrera.

El salón donde Valentina tomaba sus clases con la ilusión de un día ser una gran veterinaria. Foto: Staff AM

Era habitual ver a Teresa llegar a los festivales o celebraciones de la escuela aún con su uniforme de trabajo.

A veces salía de turno y corría para alcanzar y apoyar a Valentina durante sus presentaciones”, comentaron los maestros. 

Esta imagen de compromiso y amor maternal quedó grabada en la memoria de quienes conocieron a Valentina y a su madre, sirviendo como testimonio de su inquebrantable apoyo a pesar de las circunstancias.

Los abuelos de Valentina tenían un papel crucial en su vida

Los abuelos de Valentina, originarios de la comunidad de El Becerro, donde se encuentra la escuela, también jugaron un papel crucial en su vida. 

Siempre estuvieron ahí para apoyar a su nieta mientras su mamá trabajaba en la ciudad”, destacaron los docentes. 

La presencia constante y el apoyo de la familia de Valentina en cada paso de su corta vida es un testimonio del amor incondicional que la rodeaba.

La Escuela Primaria Cuauhtémoc se encuentra de luto. Foto: Staff AM

A través de los esfuerzos de su madre, el apoyo de sus abuelos, y el cariño de la comunidad educativa, Valentina vivió rodeada de afecto y motivación, elementos fundamentales que la ayudaron a soñar y a ser una niña excepcionalmente alegre y carismática.

La trágica muerte de Teresa y Valentina

Fue la mañana del martes cuando Valentina y su mamá fueron blanco de un fatal ataque armado al salir de un cluster privado de la colonia Hacienda Natura. 

Ambas quedaron inertes en los asientos de un automóvil Volkswagen, línea Bora, en el que circulaban al momento de la agresión.

DAR

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