Si eres de las personas que aún no leen las etiquetas de los alimentos empaquetados, porque no te das el tiempo de hacerlo o por que no sabes como hacerlo, estás atentando contra tu salud al no considerar los ingredientes y las cantidades que contienen.
Los alimentos empaquetados y etiquetados son fáciles de conseguir en los supermercados y tiendas de autoservicio, y aunque lo más seguro es que sean procesados o ultraprocesados es importante distinguir entre unos y otros y para hacerlo necesitas saber leer las etiquetas.
Si se te hace difícil leer las etiquetas a continuación te presentamos algunas recomendaciones que debes tomar en cuenta y si lo deseas busques otras opciones que ayuden a tu salud:
1. Azúcares añadidos
Sin azúcares refinados que se agregan para mejorar el sabor de los alimentos aunque se trata de calorías vacías que contribuyen al aumento de peso.
Los azúcares que el cuerpo necesita son los naturales, los que están presentes en cereales, vegetales y frutas y que vienen acompañados de fibras, vitaminas y minerales, que ayudan a tener una mejor nutrición.
Para saber si el producto que vas a comprar los contiene, busca en la etiqueta trasera, donde viene la información nutrimental, se indican como “azúcares añadidos”, ahí puedes ver la cantidad por porción de comida.
2.- Sodio en exceso
La comida empaquetada suele tener casi siempre el sodio escondido. Especialistas del Hospital Houston Methodist destacan que el sodio se debe de limitar a 500 miligramos de sodio por comida, o 150 por porción, y que más del 70% del que se consume al día viene en los alimentos que se adquieren. Para llevar un control se deben de revisar las leyendas de las etiquetas y optar por los productos que tengan menos o que no las tengan. Los que se venden como “bajos en sodio” pueden ser una buena elección.
3. Porciones engañosas
Muchos alimentos se venden en bolsas que contienen porciones muy grandes, lo que hace que muchos consumidores coman en exceso. La sugerencia es ver la información nutrimental, ahí verás a cuanto equivale una porción y consumir con responsabilidad.
4. Grasa innecesaria
Evita a toda costa las saturadas y las trans, ya que de acuerdo Angela Snyder, nutrióloga del bienestar, del Hospital Houston Methodist, aunque no todas las grasas son malas, desde un punto de vista científico, las saturadas contribuyen a elevar los niveles de colesterol LDL, asociados a un incremento en el riesgo de enfermedades cardiacas.
La sugerencia es evitar alimentos con más de 5 gramos de grasas saturadas por porción, pero sobre todo optar por grasas no saturadas que provengan de alimentos naturales y sin intervención en sus procesos de elaboración.
5. Elige alimentos con pocos ingredientes
Revisa que las etiquetas de los alimentos que vas a comer tengan la menor cantidad de ingredientes posible.
En esta parte debes utilizar tu criterio, pues puede haber productos naturales a los que se les hayan añadido especias, por lo que no serán malos.
En lo que debes poner atención es en los aditivos y en nombres que desconozcas en su composición. Puedes buscar su significado e implicaciones de cada uno de ellos.