León, Guanajuato.- La falta de una sucesión ordenada o realizada con premura para cambiar al líder de una empresa, una vez que
el fundador o fundadora se retiran, puede generar conflicto a los hijos o al personal que lo sustituya, advirtió experto consultado sobre el tema.
Si la sucesión no se planifica, insiste, se pueden presentar diversas complicaciones.
Por ejemplo, que el hijo o hija no cuenten con la autonomía o la autoridad con la que contaban sus padres para llevar a cabo la forma de operar, que se dificulte la contratación de talento o que no pueda implementar indicadores financieros, refirió en entrevista Jesús Luna, socio líder de Private Enterprise de KPMG México.
Si eso no se hace de forma ordenada se van a tener todos los elementos para una tormenta perfecta para que existan esos conflictos a nivel empresarial”, afirmó Jesús Luna.
En principio, cuando el fundador deja el puesto se tienen que evaluar a los posibles candidatos, lista en la cual entran los hijos o familiares, pero también puede ser un empleado u otra persona.
Luna destacó que es prioritario que se elija a quien cuente con las habilidades para el puesto y que tenga interés en ejecutarlo.
Como parte de la estrategia, la sucesión se tiene que hacer años atrás para preparar al nuevo candidato que va a tomar las riendas y llevar un periodo de acompañamiento guiado por la persona que vaya a suplir, recomendó.
SM