Washington.- Faltando pocos días para un posible impago de deudas, el Senado de Estados Unidos se apresuraba el jueves a ultimar los detalles de un paquete de elevación del tope de endeudamiento y recorte del gasto aprobado por amplia mayoría en la cámara baja, a fin de enviarlo a la firma del presidente Joe Biden antes de que venza el plazo inminente.
El líder de la mayoría en la cámara alta, el demócrata Chuck Schumer, dijo que ese cuerpo legislativo estaba abordando el paquete negociado por Biden con el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy y que “seguirá trabajando hasta finalizar la tarea”.
Agregó que había numerosas ideas de senadores ávidos por revisar los recortes presupuestarios y los cambios en la política ambiental, pero que “no existe razón alguna para prolongar el proceso hasta el límite de tiempo”.
La aprobación por parte del Senado requerirá una colaboración entre demócratas y republicanos similar a la que permitió aprobar el proyecto en la cámara baja el miércoles por la noche. Es vital actuar con rapidez para cumplir el plazo antes del lunes, cuando, según el Tesoro, Estados Unidos se quedará escaso de fondos para pagar sus cuentas, lo que crearía el riesgo de un impago catastrófico.
Después de quedar en gran medida al margen de las negociaciones entre Biden y McCarthy, varios senadores insisten en que se debatan sus ideas, pero parece improbable que se introduzcan cambios a esta altura. Incluso los detractores del acuerdo final dicen que no lo demorarán.
Al igual que Schumer, el líder de la minoría republicana, Mitch McConnell, dijo que no quería perder el tiempo. Al elogiar los recortes presupuestarios del paquete, McConnell dijo el jueves que “el Senado tiene la oportunidad de hacer realidad este avance importante”.
El acuerdo disputado arduamente agradó a pocos, pero los legisladores estimaron que era preferible a la alternativa de un trastorno económico devastador si el Congreso no actuaba. En medio de ánimos caldeados, y a pesar de la oposición de la derecha republicana más intransigente, Biden y McCarthy reunieron una coalición de partidos para aprobar el proyecto por 314 votos contra 117 el miércoles por la noche.
“Lo hicimos bastante bien”, dijo McCarthy después.
A los republicanos disgustados porque el recorte del gasto era insuficiente, McCarthy dijo que era apenas un “primer paso”.
Biden siguió la votación desde Colorado Springs, donde pronunciará en las próximas horas el discurso de graduación de la Academia de la Fuerza Aérea. Posteriormente, llamó por teléfono a McCarthy y otros legisladores, y dijo en un comunicado que era “una buena noticia para el pueblo estadounidense y la economía estadounidense”.
Tras un largo debate, Washington se apresura a ultimar los detalles del paquete para garantizar que el gobierno pueda seguir pagando sus deudas e impedir un trastorno financiero en el país y el mundo. Según el Tesoro, el lunes próximo Estados Unidos se quedaría sin fondos suficientes y provocaría un peligroso default.
Biden había llamado directamente a los legisladores para fortalecer su respaldo. McCarthy tuvo que esforzarse para convencer a sus correligionarios escépticos y defenderse de los ataques a su liderazgo.
Se requerirá un esfuerzo bipartidista similar en el Senado para superar las objeciones.
El proyecto de 99 páginas reducirá parcialmente el déficit de la nación, como reclamaban los republicanos, sin anular las exenciones impositivas de la presidencia de Donald Trump como quería Biden. Tanto el presidente como McCarthy apostaron al apoyo del centro político, una rareza en un Washington profundamente dividido.
El paquete limita el gasto durante los próximos dos años, suspende el tope de deuda hasta enero de 2025 y modifica algunas normas. Impone nuevos requisitos de trabajo a las personas mayores que reciben ayuda alimentaria y da luz verde a un gasoducto en los Apalaches al que se oponen muchos demócratas. Eleva los fondos para la defensa y los veteranos de guerra y los reduce para los agentes del servicio de rentas internas.
Al elevar el tope de endeudamiento, que actualmente es de 31 billones de dólares, el Tesoro puede tomar dinero en préstamo para pagar las deudas.
JFF