Jerusalén.- El ejército israelí pulverizó la Franja de Gaza con ataques aéreos, prepara una posible incursión terrestre y anunció el jueves que su asedio completo —que ha dejado a civiles palestinos buscando desesperadamente alimentos, agua, combustible y medicinas— se mantendrá hasta que los combatientes de Hamas que gobiernan el territorio liberen a los cerca de 150 rehenes que fueron tomados cautivos durante el ataque del fin de semana.
Una visita del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, junto con envíos de armas estadounidenses, fueron una poderosa luz verde para que Israel siga adelante con sus represalias en Gaza tras el mortífero ataque de Hamas contra civiles y soldados, pese a que grupos grupos de ayuda internacional advirtieron sobre el empeoramiento de la crisis humanitaria.
Israel ha frenado todo el envío de de artículos de primera necesidad y electricidad para el diminuto enclave de 2,3 millones de habitantes e impidió la entrada de suministros provenientes de Egipto.
“No se activará ni un solo interruptor eléctrico, ni un solo grifo se abrirá y no entrará ni un solo camión de combustible hasta que los rehenes israelíes regresen a casa”, sostuvo el ministro de Energía israelí, Israel Katz, en las redes sociales.
El teniente coronel Richard Hecht, un portavoz militar israelí, dijo a los periodistas el jueves que las fuerzas “se están preparando para una maniobra terrestre” en caso que los líderes políticos así lo ordenen. Una ofensiva terrestre en Gaza, donde la población está densamente apiñada en una franja de sólo 40 kilómetros (25 millas) de largo, probablemente deje aún más muertos en ambos lados en brutales combates casa por casa.
El ataque de Hamas ocurrido el sábado mató a más de 1.300 personas en Israel, entre ellos 247 soldados —una cifra que no se había visto en Israel durante décadas— y el posterior bombardeo israelí ha cobrado más de 1.400 vidas en Gaza, según las autoridades de ambos lados. Israel afirma que aproximadamente 1.500 combatientes de Hamas han muerto dentro de Israel y que cientos de los muertos en Gaza son miembros de Hamas.
Al tiempo que Israel ataca Gaza desde el aire, los militantes de Hamas han disparado miles de cohetes hacia Israel. En medio de preocupaciones de que los combates puedan extenderse a la región, medios estatales sirios reportaron que ataques aéreos israelíes del jueves impactaron aeropuertos internacionales en la capital siria, Damasco, y en la ciudad norteña de Alepo, dejándolos fuera de servicio.
Los implacables ataques aéreos sobre Gaza —se arrojaron 6.000 municiones desde que comenzó el conflicto, de acuerdo con fuerzas militares— obligó a la población civil palestina a huir corriendo por las calles, cargando sus pertenencias y buscando refugio.
Un ataque el jueves por la tarde en el campamento de refugiados de Jabaliya derribó un edificio residencial sobre las familias que se refugiaban en su interior, matando al menos a 45 personas, informó el Ministerio del Interior de Gaza. Al menos 23 de los muertos eran menores de 18 años, entre ellos un niño de un mes, según una lista de víctimas. El portavoz del Ministerio, Eyad Bozum, dijo que docenas de personas resultaron heridas y que la cifra de muertos probablemente aumentará ya que los rescatistas aún estaban sacando cadáveres de entre los escombros.
La casa, perteneciente a la familia al-Shihab, estaba repleta de familiares que habían huido de los bombardeos en otras zonas. Los vecinos dijeron que una segunda casa fue impactada al mismo tiempo, pero al momento se desconoce el número de víctimas. El ejército israelí no ha respondido a una solicitud de comentarios sobre el ataque.
El número de personas que huyeron de sus hogares se disparó un 30% en 24 horas, llegando a 340.000 habitantes el miércoles por la noche. La mayoría se hacina en escuelas operadas por Naciones Unidas, mientras que otros se quedan con familiares o incluso extraños que les permiten entrar a sus viviendas.
La población hacía largas filas en panaderías y tiendas de comestibles en Gaza durante las pocas horas que sus propietarios se atrevieron a abrir, y la gente intentaba abastecerse antes que se vaciaran los estantes. El miércoles, la única central eléctrica de Gaza se quedó sin combustible y cerró, dejando sólo luces encendidas por generadores privados dispersos.
Los hospitales, rebasados por un flujo constante de heridos y sin suministros, sólo tienen combustible para unos pocos días antes de quedarse sin electricidad, denunciaron funcionarios de ayuda. El corte también ha provocado una severa escasez de agua para más de 650.000 personas, según la ONU.
“Sin electricidad, los hospitales corren el riesgo de convertirse en morgues”, advirtió Fabrizio Carboni, director regional del Comité Internacional de la Cruz Roja. Cuando se acaba la electricidad, se pone en riesgo “a los recién nacidos en incubadoras y a los pacientes ancianos que reciben oxígeno. La diálisis renal se detiene y no se pueden tomar radiografías”, dijo.
Personal de ambulancias que transportaban cadáveres desde los escombros de los edificios derrumbados a la morgue del hospital más grande de Gaza, Shifa, no hallaron espacio disponible. Docenas de bolsas con cadáveres estaban alineadas en el estacionamiento del hospital. Catorce instalaciones de salud se han visto afectadas por huelgas, de acuerdo con funcionarios de salud.
“La situación es muy crítica”, afirmó el jueves el director del hospital Shifa, Mohammad Abu Selmia. “Nunca habíamos visto días en Gaza como los que estamos viviendo ahora”.
Con Israel sellando el territorio, la única manera de entrar o salir es a través del cruce fronterizo con Egipto en Rafah. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Egipto señaló que no ha cerrado oficialmente Rafah pero que los ataques aéreos han impedido que opere. Egipto ha estado tratando de convencer a Israel y Estados Unidos de que permitan la entrega de ayuda y combustible a través de Rafah.
El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu prometió “aplastar” a Hamas luego que los combatientes del grupo irrumpieron en el sur del país el sábado y masacraron a cientos de personas, incluyendo asesinatos de niños en sus hogares y de jóvenes en un festival de música. Netanyahu denunció las atrocidades de Hamas, entre ellas la decapitación de soldados y la violación de mujeres. Sus acusaciones no pudieron confirmarse de forma independiente.
En medio del dolor y las demandas de venganza entre la población israelí, el gobierno está bajo intensa presión para derrocar a Hamas en lugar de seguir intentando reprimirlo en Gaza.
Cuatro conflictos anteriores terminaron con el grupo todavía firmemente en control del territorio que ha gobernado desde 2007. Israel ha movilizado a 360.000 reservistas, ha concentrado fuerzas adicionales cerca de Gaza y ha evacuado a decenas de miles de residentes de comunidades cercanas. Un nuevo gabinete de guerra, que incluye a un político de oposición, ahora es el que dirige la estrategia de los combates.
Saleh Al-Arouri, un funcionario de alto rango de Hamas, advirtió el jueves que cualquier invasión israelí de Gaza “se convertirá en un desastre para su ejército”, señalando que el grupo estaba preparado para responder.
La visita de Blinken subrayó el respaldo estadounidense a las represalias de Israel.
“Puede que sean lo suficientemente fuertes por sí solos para defenderse, pero mientras Estados Unidos exista, nunca tendrán que hacerlo”, dijo Blinken después de reunirse con Netanyahu en Tel Aviv. “Siempre estaremos a tu lado”.
Blinken se reunirá el viernes con el presidente palestino Mahmud Abás, cuya autoridad se limita a partes de la ocupada Cisjordania, y con el rey Abdula II de Jordania.
Israel capturó Cisjordania, junto con Gaza y Jerusalén oriental, en una guerra de 1967. Los palestinos quieren los tres territorios para su futuro Estado, pero no ha habido conversaciones de paz en más de una década.
En Gaza, el ejército israelí indicó que el objetivo de su ofensiva nocturna fueron las fuerzas de élite Nukhba, de Hamas, incluyendo los centros de mando utilizados por los combatientes en su ataque del sábado y la vivienda de un alto oficial naval del grupo insurgente que, según indicó, se usó para almacenar armas no especificadas.
Otros ataques aéreos mataron a comandantes de dos grupos combatientes más pequeños, según medios vinculados a esas organizaciones.
“Ahora mismo estamos centrados en acabar con sus altos mandos (de Hamas)”, explicó Hecht, el vocero militar. “No sólo la cúpula militar, sino también la cúpula gubernamental, hasta (el máximo dirigente de Hamas, Yehiyeh) Sinwar”.
Israel está empleando una nueva táctica de arrasar barrios enteros, en lugar de sólo edificios individuales. Hecht argumentó que las decisiones sobre los objetivos se basaron en inteligencia y que se advirtió a los civiles.
Incluso con las advertencias, los palestinos aseveran que algunos no pueden escapar o no tienen adónde ir, y que familias enteras han quedado aplastadas bajo los escombros.
Imágenes de drones filmadas por The Associated Press revelaron grandes daños en el campamento de refugiados de Shati, en el norte de Gaza, tras los ataques aéreos nocturnos. Los residentes utilizaron sus propias manos para retirar los escombros en busca de sobrevivientes. Un hombre al que le informaron que sus familiares habían muerto se desplomó en los brazos de un compañero residente.
Jaber Weshah, un activista de derechos humanos de 73 años, dijo que no hubo ningún aviso cuando un ataque impactó un edificio de varios pisos ubicado al lado del suyo en el campamento de refugiados de Bureij la madrugada del miércoles. Al menos 12 personas murieron, entre ellas un librero, su esposa y dos hijas pequeñas y seis miembros de otra familia, indicaron residentes.
“Fue un infierno”, dijo Weshah.
El Ministerio de Salud palestino informó que dos palestinos murieron en Cisjordania el jueves cuando colonos israelíes dispararon contra quienes acudieron a un funeral de tres personas que fallecieron en un ataque de colonos el día anterior. Las imágenes mostraron a colonos judíos en sus vehículos desviándose hacia la procesión fúnebre y cortando el acceso de la carretera antes de detenerse y abrir fuego.
El Ministerio de Salud asegura que más de dos docenas de palestinos han sido asesinados en Cisjordania y otros dos en Jerusalén Este, zona anexada por Israel, desde el sábado, la mayoría cuando la policía disparó contra manifestantes que arrojaban piedras.
La cifra de fallecidos en Gaza subió a más de 1.400, dijo el Ministerio de Salud palestino.
JFF