Michigan.- El Tribunal Supremo de Míchigan, estado clave de las presidenciales de 2024, rechazó ayer los intentos de impedir a Donald Trump figurar en las papeletas electorales de noviembre de 2024.
Los demandantes pretendían que se aplicara al expresidente la cláusula tercera de la decimocuarta enmienda de la Constitución estadounidense, que impide presentarse a un cargo público a quien haya participado en una “insurrección o en una rebelión”. La orden del Supremo, que no incorpora argumentación, no entra en si lo que hizo Trump para provocar el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021 puede definirse así, y se limita a decir: “No estamos convencidos de que las cuestiones presentadas deban ser revisadas por este tribunal”.
La decisión contrasta con la tomada la semana pasada por el Supremo de Colorado, que prohibió a Trump presentarse en ese estado. Salió adelante con cuatro votos a favor y tres en contra, y daba por buena la teoría jurídica que considera que sus actos, tras perder las elecciones de noviembre de 2020, fueron suficientes, en virtud de la decimocuarta enmienda, para desautorizar como candidato. La aplicación de esa resolución quedó en suspenso hasta el 4 de enero, un día antes de que se acabe el plazo para que el secretario de Estado de Colorado decida qué nombres incluir en las papeletas. Los abogados de Trump anunciaron inmediatamente que recurrirían la orden ante el Supremo de Washington, compuesto por seis jueces conservadores y tres liberales. Tres de esos nueve magistrados fueron nombrados en el tiempo de Trump en la Casa Blanca.
Todo indica que aceptarán el caso, y que su decisión tendrá una enorme repercusión jurídica, política y social en el año electoral que está a punto de comenzar.
Para ser presidente, es obligatorio ser ciudadano estadounidense, tener más de 35 años y haber residido en el país durante los últimos 14. La Constitución no se lo prohíbe expresamente a un investigado por un delito federal (ni siquiera si, como en el caso de Trump, se enfrenta a 91 cargos, en cuatro casos distintos). Tampoco quedaría eliminado de la carrera si lo declaran culpable o incluso si acaba en la cárcel.
Aprobada en 1868, la decimocuarta es una de las enmiendas más influyentes de la historia de la democracia norteamericana, pues sirvió para otorgar la ciudadanía a toda persona “nacida o naturalizada en Estados Unidos”, también las que habían sido esclavizadas, y garantizar la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. La sección tercera estaba pensada para evitar la reincidencia de los sublevados de la Confederación, vencidos en la Guerra de Secesión (1861-1865). Se ha aplicado en contadas ocasiones; solo dos desde 1919.
JFF