Chihuahua.- Se cumplieron cinco meses del crimen de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, además del guía de turistas Pedro Palma y el joven Paul Osvaldo, en la región de Cerocahui, municipio de Urique, Chihuahua.
A cinco meses, la exigencia de justicia por los habitantes de la región y la comunidad religiosa no cesan, ya que temen que conforme pasen los días, el caso sea olvidado como otros más que han ocurrido en la Sierra Tarahumara.
Hasta el 10 de noviembre, el subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía Berdeja, informó en la conferencia mañanera, que se habían detenido hasta ese día a 31 personas relacionadas con el principal sospechoso del crimen de los sacerdotes, José Noriel Portillo Gil alias “El Chueco”. La última detención fue la de Fernando F. C, alias “El Cuervo”, quien fue detenido en Chihuahua en la región de Témoris.
Al pasar el tiempo y no ser detenido el principal sospechoso del crimen, el Obispo de la diócesis Tarahumara, Juan Manuel González Sandoval, destacó que sigue el grito y el reclamo de justicia por sus muertos.
Sigue el grito y el clamor frente a la impunidad” .
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