Purísima del Rincón, Guanajuato.- La familia Chávez Ríos ha sumado otro año a la tradicional venta de lechugas preparadas, aseguran haber visto un incremento de clientes a comparación de año pasado y recuerdan aquellos días cuando Don Crispín dejaba entrar a los ciudadanos a cosechar sus propias lechugas.

Fue desde el domingo de ramos cuando la Familia Chávez Ríos, encabezados por Rafael Chávez, comenzó con su tradicional venta de lechugas, donde aseguraron haber visto un gran cambio en comparación al año pasado, donde las ventas superaron las expectativas.

Es en la esquina de la calle 16 de Septiembre y bulevar Independencia donde la familia vende sus famosas lechugas preparadas con sal, limón y chile, siendo vista ya como una tradición entre los ciudadanos, luego de más de 60 años desde que Don Crispín inició con la venta del peculiar producto.

“Nos sentimos felices, porque es otro año vendiendo lechugas, a su vez es un poquito tedioso porque son las únicas vacaciones que tenemos, pero como quiera es una semanita al año, además la gente nos ha llegado, pensamos cuando abrimos que se iba a vender poquito y no, sí superó nuestras expectativas. Vino bastante gente”, señaló Rafael.

Solo venden lechugas preparadas en Semana Santa. Foto: Carlos Suárez.

Señaló que la mejor parte de continuar con la tradición es recibir decenas de buenos comentarios por parte de la ciudadanía, quienes con cada visita recuerdan cómo era la convivencia familiar en los huertos de Don Crispín, antes de que la construcción del bulevar Independencia provocará el cierre de los mismos.

“Más que nada los recuerdos de la gente que viene, dicen -me acuerdo cuando antes había un río-, aunque no era un río, era una regadera del pozo, u otros que dicen que se acuerdan que de niños venían y nos pedían sacar la zanahoria, nosotros aflojábamos la tierra, la sacaban e iban a lavarlas a la regadera”, añadió.

Cabe señalar que aunque la venta de lechugas tiene más de 60 años, es desde hace 35 que la familia las prepara con sal, limón y chile, pues originalmente los ciudadanos acudían a los huertos para cosechar sus propias lechugas, nabos y zanahorias, lavándolas con agua de pozo y disfrutándolas en familia.

A pesar de que el paso del tiempo cambió la dinámica, los ciudadanos purisimenses no han dejado de consumir el producto de la familia Chávez, pues es en los días miércoles, jueves y viernes cuando mayor consumo generan, antes y después de las actividades de la Judea.

Finalmente, la familia Chávez señaló sentirse contenta del recibimiento, pues el año pasado se habían registrado pocas ventas, aunque aseguraron que la tradición seguirá fuerte por al menos una generación más, pues la hija más pequeña de Rafael ya ha mostrado interés en continuar la tradición que su bisabuelo Don Crispín inició.

AM

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