El anuncio de la OMS sobre el fin de la emergencia sanitaria nos da la oportunidad de repasar, una vez más, la terrible tragedia que sufrimos.
Por otro lado, la renuncia de un científico que trabajó para Google en investigaciones pioneras prende otra alarma, la más importante hasta ahora, sobre el ‘lado oscuro’ de la inteligencia artificial.
Y para pasar el tiempo, una serie inspirada en una película que triunfó en grande hace casi 40 años.
Te invito a dar conmigo este repaso semanal.
Anuncio formal
Aunque fue poco más que corroborar con una declaración formal algo que ya parecía asumido, el anuncio del fin de la emergencia sanitaria global por la pandemia de COVID, realizado por la Organización Mundial de la Salud el viernes fue, más allá de un motivo de alivio, una buena oportunidad para reflexionar sobre lo que vivimos durante 1 mil 191 días.
“La covid ha cambiado el mundo y nos ha cambiado”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus y no hay quien pueda discutirle. La estremecedora experiencia que supuso la muerte de unas 20 millones de personas, un confinamiento generalizado y el impacto sobre la economía que seguiremos viviendo mucho tiempo, será una experiencia imborrable para todos los que la enfrentamos.
Es insensible pensar que hubo quienes salieron bien librados del trance. Las polémicas sobre si se pudo hacer mejor una cosa o la otra quedan ya para analizarse en perspectiva y serán los especialistas quienes intenten explicarlo.
En el caso de Guanajuato, más allá de la propaganda gubernamental sobre el manejo del sistema de salud estatal, soy de los que pienso que convino haber tomado distancia de algunas de las estrategias del gobierno de la república, pero lo hago más por las inconsistencias que fueron evidentes que por el hecho de que conozca en realidad del asunto.
Como fuera, los recuerdos de los hospitales llenos, de la gente que tuvo dificultad en encontrar una cama o murió en la de su casa por el temor a buscarla en un sanatorio, las imágenes de las colas de madrugada en los establecimientos que venden oxígeno, nos acompañarán siempre como testimonio de esta formidable experiencia.
Comentario final. Me pareció muy simbólico de que a dos días del anuncio del final de la emergencia sanitaria, María Elena Álvarez-Buylla, la polémica directora del ahora Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología (Conahcyt), anunciara que al fin estaba lista la vacuna “Patria” , lo cual consideró una paso definitivo para “recuperar la soberanía” en la materia.
Ya se ocupó el miércoles nuestro director de analizar este nuevo capítulo de nuestra ciencia y destacó uno de los aspectos más preocupantes: el de la incorporación de los militares en el diseño de las políticas en la materia. El asunto es tan delicado que hasta en La Jornada, diario que apoya a la administración del Presidente López Obrador, Teresa Rodríguez de la Vega, investigadora de la UNAM, consideró este fichaje no sólo preocupante, sino sencillamente inadmisible.
Que el virus sigue y que tendremos ya por siempre un nuevo motivo para cuidarnos, lo sabemos todo. De la parte más cruda de la pandemia nos queda también la experiencia de quienes se opusieron a la vacuna, a la postre beneficiados por la actitud de todos los que sí nos las pusimos. Seguramente pasará mucho tiempo antes de vivir otra experiencia similar (hay quien teme que no): como sea, que sepamos reaccionar mejor.
La amenaza
Y siguiendo con la ciencia, una de las noticias más significativas de la semana que dejamos atrás fue la de la renuncia de Geoffrey Hinton como vicepresidente de ingeniería de Google. Considerado uno de los precursores del desarrollo de la inteligencia artificial, ha dejado la empresa para “dedicarse a alertar sobre el reverso tenebroso” de esta tecnología que ha disparado su desarrollo desde la irrupción del Chat GPT en diciembre pasado.
En entrevistas con los medios más importantes del mundo, Hinton advierte de los peligros a los que ya nos enfrentamos con la IA: las noticias falsas, la eliminación de muchos tipos de trabajo, el incremento de la disparidad en la distribución de la riqueza.
Pese a lo terrible de todos ellos, este científico británico considera que el peligro principal es “de carácter existencial”. Y revela su epifanía:
“Hace poco me di cuenta de que el tipo de inteligencia digital que estamos desarrollando podría ser una forma de inteligencia mejor que la de los cerebros biológicos. Siempre pensé que la IA o el aprendizaje profundo intentaban imitar el cerebro, aunque no podían igualarlo: el objetivo era ir mejorando para que las máquinas se parecieran más y más a nosotros. He cambiado de postura en los últimos meses. Creo que podemos desarrollar algo que es mucho más eficiente que el cerebro porque es digital”.
Y para redondear su pronóstico, señala que la IA podría llegar a superar a la inteligencia humana en un plazo “de cinco a 20 años”. O sea, pasado mañana. Aunque queda pendiente la otra gran vertiente del tema, ¿podremos asegurarnos de que las inteligencias sintéticas tengan metas que nos beneficien, razonables, benéficas?
La experiencia con los seres humanos no permite ser muy optimistas.
¿Qué ver, qué leer?
Vi por ahí una imagen del actor Michael Sheen en su papel de William Blair, que ha hecho tres veces, y recordé aquella serie estupenda, “Master of sex”, sobre las andanzas de William Masters y Virginia Johnson, considerados pioneros de la ciencia de la sexualidad humana, con sus singulares experimentos.
Un rato después le pregunté a mi esposa qué habría sido de la actriz que lo acompañaba en aquel programa, Lizzy Caplan, a la que había perdido de vista. Increíble: al día siguiente me topé con un reportaje sobre su participación en “Atracción fatal”, una serie inspirada en aquella película de 1987 (la más taquillera aquel año) en que una infidelidad de Michael Douglas provocaba que enloqueciera Glenn Close, con dramáticas consecuencias.
La serie ya está disponible en Paramount y promete, pues parte de la premisa de que le faltó empatía hacia el personaje de Alex Forrest, la amante despechada, como ha sostenido desde entonces la propia Close. Habrá que verla.
Y eso es todo por este domingo, muchas gracias por tu atención.
Aprecio tu lectura y espero que compartas estas líneas, si acaso crees que valen la pena.
Los comentarios son siempre bienvenidos.
La semana próxima nos saludamos.