León, Guanajuato.- En la revisión de uno de los libros de texto gratuitos publicados por la SEP, AM encontró 215 errores que abarcan aspectos como acentuación, puntuación, incorrecto uso de mayúsculas, no concordancia gramatical de número, dedazos, espacios extras, y errores sintácticos.
El texto revisado es “Nuestros saberes”, perteneciente a sexto grado de primaria, y el ejercicio se hizo como consecuencia de la intensa polémica provocada por la elaboración de los libros y la suspensión de su distribución, a causa de un amparo promovido por la Unión de Padres de Familia.
Si dividimos estos 215 hallazgos entre las 256 páginas con las que cuenta el texto, obtenemos un promedio de 0.83 errores por página. Esto es, casi, un promedio de un error cada página.
Entre los errores más comunes está acentuar los pronombres demostrativos como «esto, aquel y aquella». En el caso de «éste», el error se presenta en 14 ocasiones; respecto a «ésta» o «éstas» la falla se registró 22 veces. Entre ambos acumulan 36 apariciones.
El error más común es acentuar el adjetivo «sólo», error que aparece en 32 ocasiones.
Por otra parte, no podemos dejar de notar el intento, aunque sea gramatical, de integrar un “lenguaje inclusivo” en el texto; es el caso del adjetivo indefinido: «todxs», que figura en 23 ocasiones.
Proliferan errores en libros de texto
Gran revuelo y polvareda ha provocado la publicación y distribución de los Libros de Texto Gratuitos que la Secretaría de Educación Pública (SEP) está repartiendo en las escuelas.
Entre todas estas polémicas también han salido a relucir las faltas de ortografía, gramática y errores en general que presentan las páginas, con las cuales se estarán formando las próximas generaciones de niños mexicanos.
En AM decidimos realizar un ejercicio sobre este último aspecto, el de los errores ortográficos y fallas en la escritura; para ello se analizó el texto Nuestros Saberes, perteneciente a sexto grado de primaria. El libro, como indica su portada, está dirigido a “alumnos, maestros y familia”.
A nuestro parecer, el libro Nuestros Saberes sigue reglas de acentuación que podríamos llamar ‘añejas’, francamente en desuso. Desde antes de la publicación de la nueva Ortografía (2010) los pronombres demostrativos como “esto, aquel y aquella” no se tildan y nunca ha sido así ya que solo pueden funcionar como pronombres y no existe riesgo de anfibología.
En textos anteriores a 1950 podríamos esperar estas grafías, pero no en una publicación de 2023 y revisado por más de dos docenas de correctores de estilo, editores y coordinadores de los diferentes campos formativos quienes, en teoría, deberían de tener presentes todos los cambios y actualizaciones que ha realizado la Real Academia Española en los dos siglos más recientes.
Ahora bien, retomando el tema de los pronombres demostrativos en el cuerpo de texto la partícula «éstos» aparece en 10 ocasiones. Por su parte, se nota la presencia de aquél como aquélla; un error que habla de descuido o del cumplimiento de un manual de estilo en desuso y empolvado.
Respecto a los pronombres «éste y ésta», la Ortografía (2010) marca que aún funcionando como adjetivo o pronombre no necesitan tilde ya que no existe riesgo de ambigüedad. En el caso de «éste», el error se presenta en 14 ocasiones; respecto a «ésta» o «éstas» la falla se registró 22 veces. Entre ambos acumulan 36 apariciones.
¿Solo o sólo?
Quizás, una de las nuevas disposiciones que causa más escozor es la tilde diacrítica en el adjetivo «sólo». Según las reglas generales de acentuación, no deben llevar tilde bien por ser bisílaba llana terminada en vocal.
Como indica la edición 2010 de la Ortografía de la Lengua Española, las reglas prescribían el uso diacrítico para distinguir el adjetivo (sólo) del adverbio (solo) y podían producirse casos de ambigüedad del tipo: Trabaja sólo los domingos (Trabaja únicamente los domingos) y Trabaja solo los domingos (Trabaja sin compañía los domingos). No obstante, ese empleo tradicional de la tilde diacrítica no opone en estos casos formas tónicas a otras átonas formalmente idénticas (requisito prosódico que justifica el empleo de la tilde diacrítica) y, ya que tanto el adverbio «solo» como el adjetivo «sólo» son palabras tónicas, se puede prescindir del acento incluso en los casos de doble interpretación.
Las posibles ambigüedades son resueltas, casi siempre, por el propio contexto comunicativo; los casos reales en que se produce una ambigüedad son raros y rebuscados y siempre pueden resolverse mediante el empleo de sinónimos (solamente o únicamente para el adverbio «solo») o de otros recursos como una puntuación adecuada, inclusión de algún elemento que impida el doble sentido o un cambio en el orden de las palabras.
La insistencia en escribir el adjetivo «sólo» con tilde se presenta en 32 ocasiones.
Por otra parte, no podemos dejar de notar el intento, aunque sea gramatical, de integrar un “lenguaje inclusivo” en el texto; es el caso del adjetivo indefinido: «todxs».
Recordar que los sustantivos en español pueden ser masculinos o femeninos, en algunos casos uno de ellos puede tener validez para ambos géneros, mientras que otros tienen una forma específica para cada uno de los dos géneros gramaticales. Indica la RAE en una consulta que se le hizo en Twitter, que: “El uso de la letra «x» como supuesta marca de género inclusivo («todxs») es ajeno a la morfología del español, además de innecesario (e impronunciable), pues el masculino gramatical («todos») ya cumple esa función como término no marcado de la oposición de género”.
Esta insistencia sin sustento (gramatical) de la SEP en utilizar “todxs” en una pretendida inclusión contrasta con el olvido de las reglas ortográficas relevantes y significantes. La partícula aparece en 23 ocasiones en el texto.
Otros errores a la vista
Por lo que se refiere a otros errores concretos. Se notan fallos en conceptos clave, por ejemplo: se confunde, en una sola ocasión «así mismo» con «a sí mismo» cuando se habla de “la capacidad de un virus de replicarse”; y la replicación, de suyo, no tiene otra forma de darse más que “a sí misma” ya que la acción recae sobre quien la ejerce.
Quiero comentar una minucia, aunque importante, al momento de hablar de la patria. En la página 178 se comenta el tema de la autoridad. En este apartado se menciona la «República Mexicana» con mayúsculas como si se tratara del nombre oficial del país (no lo es). La propia Academia Mexicana de la Lengua considera y recomienda el uso de mayúscula inicial en la voz «República» pero no así en «mexicana», la cual debe conservar la minúscula inicial. Recordar que el nombre oficial del país es «Estados Unidos Mexicanos» por lo cual pareciera que se presenta un fenómeno de antonomasia (utilizar un nombre común con valor de nombre propio).
Entre otros ejemplos relevantes, debemos mencionar la preferencia de acentuación al modelo ibérico que, aunque canónico, no responde al contexto americano. Es el caso de «vídeo» o «fútbol», sustantivos que, aunque no están mal escritos, denota una falta de adecuación a discurso. El texto está dirigido a alumnos de sexto grado de primaria, mexicanos, y con exposición en medios de comunicación y redes sociales. Una de las pocas maneras en que este sector podría escuchar la pronunciación castellana [VÍDEO], no aparecería en su vida diaria con sus semejantes y familiares; sería más propio de clips de youtubers creados al otro lado del Atlántico. ¿Quién dice «vídeo» en este País?
No podemos dejar de mencionar otros graves errores como la escritura de números romanos con minúsculas. Estas imprecisiones se observan (casi todas) en las secciones de las monedas que acompañan las páginas. En estas “cápsulas gráficas” se hace un recorrido histórico de las diferentes acuñaciones que ha realizado la Casa de Moneda de México. Por desgracia, aunque la sección sea tan interesante como ilustrativa, también adolece de fallas garrafales sobre todo en el uso indiscriminado de las mayúsculas en nombres comunes (Onza y no onza; General y no general; Volcán y no volcán, etcétera).
No son infundadas, ni gratuitas, las críticas al contenido que está presentando la Secretaría de Educación Pública (SEP) en sus Libros de Texto. Hay sustento para pensar que las ediciones podrían haber sido más prolijas, esmeradas y cuidadosas. Un promedio de casi un error por página da a pensar en la verdadera calidad del material formativo -y la seriedad con que se realiza- que reciben las nuevas generaciones de mexicanos quienes, en algún momento deberán de enfrentarse allí afuera al mundo real y poner a prueba todas las enseñanzas que capturan tanto en el aula, pero también en su círculo familiar.
Otros casos que se pueden consultar dando click en la imagen o AQUÍ:
- En la página 66 acentúan «Tóxinas».
- En la página 127 la escritura del signo «geminis» se hace sin tilde.
- En la página 222 redactan «filosofo» sin tilde, al referirse a Voltaire.
- En la página 231 aparece «día internacional del deporte» cuando, lo correcto al hablar de días oficiales es escribir en mayúscula cada uno de los sustantivos y adjetivos relevantes; así: «Día Internacional del Deporte».
- En la página102 dedazo: se lee «nunguna».
- En la página 237 dedazo: se lee «Carteraw».
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