Estamos tan acostumbrados a seguir lo que vemos, lo que escuchamos, que todo lo que percibimos lo damos por hecho, por verdad incuestionable y en el caso más extremo como absoluta y a veces no por cerrarnos, tan sólo por la dinámica de vida actual dictada por el uso de los dispositivos y las redes en ellos, la inmediatez.

Es muy sencillo guiarse por lo que ves, las imágenes pueden ser muy poderosas en su significado y los sonidos del lenguaje que percibimos, los ruidos naturales y mucho del lenguaje auditivo puede ser muy convincente, pueden ser ambos medios testigos de una realidad en la que vivimos cada día.

Así de simple, así de normal puede ser la interpretación de nuestra cotidianidad, algo tan común que nos acostumbramos a no procesar, tal vez a sólo recibirlo así sin más, es ahí cuando comienzan la complicaciones del día a día, de todo lo que puede salirse de orden y comienza el estrés.

Cuando las líneas de la vida comienzan a dar vueltas, por que así es, la vida no es lineal, es que nuestras percepciones afectan nuestras emociones y por lo tanto nuestras acciones, si esas emociones no están bajo control, seguro al final habrá eso que solemos llamar “un mal día”, y tal vez, lo sea, o no si aprendemos de todos esos impulsos a guiarnos de lo invisible.

Claro que con la inevitable referencia de la percepción tangible de nuestra realidad, pero como ya dijimos, con una distorsión creada por el descontrol de las emociones, no dejemos de lado el poderoso camino de creer en lo que no vemos y escuchamos delante de cada situación que se sale de orden, en creer que todo puede ir mejor, que de algún modo todo tiene una solución pertinente, adecuada y en su tiempo correcto.

Es entonces que lo invisible, de lo que los sentidos no nos pueden dar lectura, que el creer se convierte en la fuerza que lo modifica todo, entramos en paz, se relaja el sistema nervioso y el cerebro comienza a crear nuevas soluciones creativas para cada imprevisto y formas diferentes, más eficientes de hacer lo que también tenemos bajo una buena forma de resolución.

Es de está manera que te propongo que cada vez que las situaciones de tu vida diaria sientas que te rebasen por lo que tu realidad te reporta, en lugar de darle cause libre a las emociones, decidas redirigir cada momento hacia lo invisible, hacia la fe en pensamientos que construyen, que te generen menos estrés y más paz, menos distorsión y más  claridad, más acción creativa y menos congelamiento de tus acciones positivas.

Elige ser guiado por lo invisible, con fe y decisión, elige ser guiado hacia la “mejor versión de ti” por el poder de la fe, de lo invisible pero de lo que crees con tanto aferre, que se convierte en una realidad, pues todo lo que ves, fue creado de lo que no se veía, no te rindas a la realidad, levántate guiado por lo invisible.

ACLARACIÓN       
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo

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