En días pasados, había escuchado, y leído, sobre todo en redes sociales, diversos comentarios sobre “Todo en todas partes al mismo tiempo” (Everything Everywhere All at Once). Así que decidí ver esta película. Las opiniones que encontré respecto a esa obra, eran encontradas. Una buena parte de la opinión la llenaba de elogios y el otro tanto le desaprobaba.
El mencionado filme fue realizado por el dueto norteamericano de directores conocido como “Daniels” (Daniel Kwan and Daniel Scheinert). Presentando una rara fusión de géneros, que en principio podría definirse como humor negro, ciencia ficción y artes marciales.
La historia que plantea la más reciente película de los “Daniels”, es de alta complejidad para el análisis de su guion también autoría de ellos mismos. Es quizá, la obra cinematográfica más pretensiosa que he visto en muchos años. Las estructuras narrativas que plantean, es decir, las formas narrativas empleadas en la cinta, no plantean nada nuevo, solo algo confuso.
No resulta sorpresivo, el hecho de que este par de directores, hayan planteado un “multiverso”, para el desarrollo de su la historia que nos cuentan en pantalla. Cosa que no es nueva para la forma de elaborar relatos. El concepto de varios universos, o universos paralelos dentro de un gran universo, ya se empleaba hace miles de años en la literatura védica. Hoy, el término y su concepto se han popularizado gracias a súper producciones de cómics para el cine, como Doctor Strange, o Spider-Man.
Algo que me pareció notable, que no del todo efectivo, en “Todo en todas partes al mismo tiempo”, es el uso de varias citas y referencias cinematográficas, empleadas a lo largo de su relato. Esto, me parece que va dirigido a un pequeño segmento del público espectador. El público más joven, el público que no es precisamente cinéfilo, o los públicos nuevos, no tienen idea de la aparición de las referencias fílmicas citadas en esta película.
El discurso cinematográfico queda inconcluso si el espectador no otorga un significado hacia la referencia que los autores de esa película tratan de exponer. Las alusiones más accesibles podrían ser las citas a “Ratatouille”, y, a “The Matrix”. Pero, muestran otras referencias más complejas, por ejemplo, las secuencias dedicadas a “In the Mood for Love” (2000), de Wong Kar-Wai; o a la legendaria película “Clan of the White Lotus” (1980). Además de aludir al sempiterno Kubrick con su “2001: A Space Odyssey” (1968).
Por cierto, la más atianada alusión a la nostalgia cinematográfica es la de Ke Huy Quan, quien interpreta a Waymond Wang; él, es un actor de culto, en su niñez tuvo entrañables participaciones en “The Goonies” (1985), e “Indiana Jones and the Temple of Doom” (1984).
Ver “Everything Everywhere All at Once”, me ha dejado claro que la visión cinematográfica de la actualidad es limitada. Se hablan de las mismas películas, se citan las mismas referencias, se emplean los mismos conceptos.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo