En días pasados se estrenó la más reciente entrega de la saga Depredador, “Prey” (Depredador: La presa). Esta película no tuvo que pasar por las salas de proyección. Fue directo a las plataformas de streaming. Los números de Star+, Disney y Hulu, dicen que ha sido rotundo el éxito de este filme.

“Depredador” (1987), no solo es un clásico del cine de ciencia ficción, es también un clásico del cine ochentero, que en su momento ilustraba la lucha por la cima taquillera de Arnold Schwarzenegger contra Sylvester Stallone. “Predator”, surgió como una respuesta al arrollador paso de Rocky IV, estrenada en 1985.

Los que experimentamos los años ochenta en carne propia, sabemos lo que significa referirse al primer Depredador. El elenco de aquella primera parte, de lo que a la postre se convertiría en una franquicia, es una oda al cine ochentero de Hollywood: Schwarzenegger, Carl Weathers, Bill Duke, Kevin Peter Hall, debajo del disfraz de extraterrestre; y, la presencia mexicana, muy difícil en esos tiempos, con la actriz purépecha Elpidia Carrillo.

Ahora, 35 años después, llega “Prey”, una extraordinaria continuación de la saga “Predator”. Diridiga magistralmente por el norteamericano Dan Trachterberg, también autor del guion de esta película. “Depredador: La presa”, es una precuela. La trama se ubica en el siglo XVIII, en la Nación Comanche, en Estados Unidos. Nos cuenta sobre la llegada a la tierra del primer Yautja, esa terrible y feroz criatura alienígena.

“Prey”, va más allá de los terrenos de la sci-fi. Se presenta también con tintes de weird western; además de abarcar terrenos de película histórica, presentando a los comanches hablando su lengua nativa, esto, es un elemento que eleva el nivel de esta producción. Y, al mismo tiempo es una película épica y de aventuras. 

La estética de este Depredador me hizo recordar a una gran obra cinematográfica como lo es “El último de los mohicanos”, filme de 1992, autoría del magistral Michael Mann. Respecto a la música original de la película, me han parecido geniales las composiciones de la compositora norteamericana Sarah Schachner, presentando una clara separación de género, respecto las notas sinfónicas presentadas por el legendario Alan Silvestri en la primera entrega de esta franquicia, en 1987.

De Amber Midthunder, actriz que soporta todo el peso narrativo de “Prey”, merece una gran ovación. Ella, encarna a Naru, cazadora comanche en ciernes. La joven Amber demuestra una gran capacidad actoral en esta película.

La franquicia “Predator”, que ya tuvo sus crossovers con “Alien vs. Predator”; y, “Alien vs Predator: Réquiem”; triunfa con esta su más reciente entrega. Seguramente seguirán llegando derivados en forma de cómic, videojuegos, y seguramente más películas. Esta, “Prey”, sin duda es la de mejor hechura de todas las secuelas.

ACLARACIÓN       
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo

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