Te comparto un glosario con términos básicos que se retoman en el movimiento feminista
Body shaming
Traducido como “avergonzar al cuerpo”. Según el diccionario de Cambridge, el body shaming corresponde a las críticas que se hacen a una persona basándose en la forma, talla o apariencia de su cuerpo. Esto ocurre especialmente cuando el tipo de cuerpo de una mujer no se adecúa a los estereotipos y tiene sobrepeso, celulitis, acné, etc.
Brecha de género
Corresponde a las diferencias entre hombres y mujeres en determinadas variables, como la remuneración laboral o el acceso a determinados derechos. Al hablar de brecha, estamos identificando que el género femenino se encuentra en desventaja respecto al masculino. El término fue acuñado por la feminista estadounidense Eleanor Smeal en 1980. Smeal lo usó para referirse a las diferencias en el voto de hombres y mujeres en norteamérica.
Cosificación
Consiste en la tendencia a tratar, ya sea consciente o inconscientemente, los cuerpos de las mujeres como si fueran objetos sexuales.
Está presente en varios ámbitos de la sociedad, como la televisión, la publicidad y los deportes. Pero no sólo ahí. Incluso en aspectos más cotidianos los hombres cosifican a las mujeres. Ejemplo de ello es lo que ocurre con el acoso callejero, cuando un hombre aborda a una mujer desconocida sólo para resaltar aspectos de su físico.
Cultura de la violación
Término utilizado por primera vez durante la segunda ola del feminismo en 1970. Por él se entiende que la violación es un problema social que es normalizado gracias a conductas como la cosificación y otros problemas de género.
La cultura de la violación se expresa en actitudes como culpar a la víctima por usar determinado tipo de ropa -minifaldas, escotes- o realizar cierto tipo de acciones -beber alcohol, bailar, etc.-, e incluso por no prestar la suficiente resistencia a una agresión.
También está presente en la minimización del daño que sufren las víctimas, guiándose por estereotipos de violaciones violentas que incluyan penetración y otras agresiones violentas.
Deconstrucción
En términos muy simples y desde la mirada feminista, este concepto -desarrollado principalmente por el filósofo Jacques Derrida- consiste en un ejercicio de análisis personal de cada persona por identificar y desaprender las creencias y conductas patriarcales a las que ha estado expuesta toda su vida a través de su interacción con la cultura.
Feminicidio
Crimen de odio entendido como el asesinato de una mujer por el hecho de ser mujer, se considera una de las expresiones más crudas de la violencia de género. En Chile, la ley tipifica el “femicidio” como “el homicidio cometido contra la mujer que es o ha sido cónyuge o conviviente del autor del crimen”, y de este modo, circunscribe el delito al ámbito de las relaciones sentimentales.
En diciembre del año pasado, la RAE también incorporó el “feminicidio” dentro de su diccionario como “el asesinato de una mujer a manos de un hombre por machismo o misoginia”. Durante los últimos años, las sucesivas muertes de mujeres han dado origen a marchas masivas de rechazo, y al nacimiento de movimientos como “Ni Una Menos”.
Androcentrismo
En el feminismo está muy extendida la idea de que es necesario ponerse unas ‘gafas moradas’ para mirar la realidad desde el punto de vista de las mujeres. Sin esas gafas coloreadas, padecemos una miopía llamada androcentrismo. Es decir, una visión del mundo y de las relaciones sociales centradas en el punto de vista masculino, que obvia e invisibiliza lo femenino y que tiene como consecuencia la negación o infravaloración de las aportaciones de las mujeres.
Heteronormatividad
La heteronorma es el sistema que lleva a algunas personas a creer que los seres humanos están predeterminados a la heterosexualidad y a poseer las características típicas de cada género. En los hogares, la heteronorma también se expresa en las tareas que se asignan al padre y a la madre: mientras el primero es el proveedor, de la segunda se espera que realice labores de orden, limpieza y crianza.
Mansplaining
Expresión que describe una situación en la que un hombre, con actitud paternalista, le explica algo a una mujer asumiendo que los conocimientos que ella tiene sobre el tema son inferiores o no son válidos, sólo por el hecho de ser mujer.
No es claro cuál es su origen, pero el concepto fue ampliamente desarrollado por la escritora Rebecca Solnit en su ensayo “Men Explain Things to Me” (Los hombres me explican cosas), en el que cuenta una anécdota sobre un hombre que se le acercó en una fiesta y le intentó explicar uno de sus propios libros, sin saber que ella era la autora.
Machismo
Es importante aclarar una cosa antes de continuar. El machismo no es el opuesto del feminismo. Pero sí los que se declaran machistas, se oponen abiertamente al feminismo. Como dice Miguel Lorente, ex delegado del gobierno contra la violencia de género, el machismo es la perpetuación de unos privilegios a los que muchos hombres no quieren renunciar.
Según el diccionario de la lengua, el machismo es la actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres o una forma de sexismo caracterizada por la prevalencia del varón.
Misoginia
Odio y desprecio hacia las mujeres y, por extensión, a todo lo que esté asociado con los estereotipos tradicionalmente femeninos. Se considera una de las bases de la opresión de las sociedades patriarcales.
Se expresa a través de pensamientos y conductas presentes y aprobadas como normales dentro de nuestra cultura y que se transmiten a través de la socialización, es decir, del aprendizaje a través de la interacción social.
Patriarcado
En su sentido literal, significa “gobierno de los padres”. Es una forma de organización social donde la familia es una de las instituciones básicas y la autoridad es ejercida por el varón, quien ocupa el rol de jefe del grupo y dueño del patrimonio, del que forman parte los hijos, la esposa y los bienes.
Prácticamente todas las sociedades a lo largo del tiempo se han ordenado de este modo, y los movimientos feministas consideran que este tipo de orden es el que explica la dominación y supeditación histórica de la mujer frente al hombre.
Sin embargo, el patriarcado no se reduce al ámbito de las relaciones familiares sino que también se extiende a todas las instancias que forman parte de una sociedad determinada, y que apuntan a la relegación de las mujeres al ámbito doméstico, alejadas de la esfera pública y de los espacios de toma de decisiones, mientras que su validación se reduce a su rol como madre.
Pero además comprende una posición de inferioridad y sometimiento en prácticamente todas las dimensiones, como la sexualidad, relaciones de pareja, justicia, el sistema electoral y legislativo, espacios de trabajo, representaciones en medios de comunicación y expresiones de arte, y distintas agresiones en espacios públicos que van desde el acoso callejero hasta el femicidio, en su expresión más cruda.
Sororidad
Solidaridad y alianza entre mujeres para defenderse, apoyarse y luchar contra la discriminación y violencia de género, y todos los problemas compartidos por el hecho de ser mujeres.
La investigadora mexicana Marcela Lagarde es una de las principales impulsoras del uso contemporáneo de este término en el contexto de la lucha feminista, y considera la sororidad como un pacto político entre mujeres cuyo objetivo es vivir la vida con un sentido profundamente libertario.
A fines de diciembre pasado, la Real Academia Española incluyó el término bajo la definición: “Agrupación que se forma por la amistad y reciprocidad entre mujeres que comparten el mismo ideal y trabajan por alcanzar un mismo objetivo”.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo