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El cambio de gobierno y el arribo de un nuevo partido político a Hidalgo ocurrió ayer con la rendición de protesta de Julio Ramón Menchaca Salazar como mandatario. Por cierto, al finalizar la sesión solemne se le acercó apurado el delegado de los Programas del Bienestar Abraham Mendoza Zenteno y algo le dijo casi al oído, el graderío se pregunta si ya fumarán la pipa de la paz.

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Y fueron muchos los asistentes, algunos invitados VIP y a la vez aspirantes a la candidatura presidencial de Morena, como los recurrentes visitantes a Hidalgo Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal, así como la senadora Olga Sánchez Cordero. Entre los priistas en su calidad de exgobernadores estuvieron Manuel Ángel Núñez Soto y Francisco Olvera. 

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Dicen los enterados que aún más significativa que la toma de posesión resultó la corbata guinda que usó el ahora exgobernador de Hidalgo Omar Fayad, quien a últimas fechas revivió la especie aquella, dada a conocer hace algunos meses, de que quiere ser presidente nacional del PRI en sustitución de Alejandro Moreno “Alito”, aunque los maliciosos lo vean más identificado con Morena.  

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En cuanto a recuerdos conmemorativos, en el marco del arribo de Julio Ramón Menchaca a la gubernatura de Hidalgo destacó la venta de llaveros con la efigie del presidente de México Andrés Manuel López Obrador, pero la funcionaria de Pachuca Alma Tovar quiso levantar a los ambulantes, pues afeaban el evento, pero ¿qué no se trataba de inundar el lugar con el halo del mandatario? 

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Mucha gente y todo muy bonito, pero vaya que hubo problemas para acomodar a algunos invitados, por ejemplo, directivos de medios de comunicación se quedaron de pie y la secretaria general de Morena a nivel nacional, Citlalli Hernández, tuvo que abrirse paso a empujones; está bien, debió llegar más temprano, pues total, no faltó quien dijera que le recordó alguna asamblea de la CNOP. 

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