Entre miles de personas, simpatizantes, detractores, funcionarios, priistas, todas las corcholatas y hasta mercancía de López Obrador, Julio Menchaca asumió oficialmente las riendas de Hidalgo la tarde de este lunes.

“La transformación ya inició”, publicaron en los primeros minutos del 5 de septiembre en la página oficial de Facebook del Gobierno de Hidalgo luego que Omar Fayad dio sensibles despedidas de las redes oficiales.

El discurso sin sorpresas y en la línea de la llamada cuarta transformación, Menchaca pidió confianza en su gobierno y aseguró que desterrará la corrupción de Hidalgo, además que no mentirá, robará ni traicionará al pueblo; casi que escuchamos la voz del presidente, pues.

Para los cabalistas, quizá mal augurio para el nuevo gobierno fue el desplome de la estructura que albergaría la toma de protesta. Al final la explicación fue un error humano y como no hubo personas lesionadas, tan, tan, ahí quedó el asunto. Después los trabajadores tuvieron que apresurarse y colocaron una nueva instalación que no tuvo problema para la ceremonia.

Otro error humano que denotó falta de coordinación, tacto y colmillo (quizá esto último sí hubo), fue la petición de renuncias a funcionarios del gobierno estatal saliente. Por medio de un documento circulado en correos institucionales la administración de Omar Fayad pidió las renuncias de los trabajadores, pero (aquí una patada a las espinillas) enfatizó que a petición del equipo de Julio Menchaca.

Menudearon los comentarios sobre tal solicitud que iba desde secretarios hasta jefes de área, incluido el procurador de justicia Alejandro Habib, quien horas antes de que circuló el comunicado aseguró molesto que la PGJEH era autónoma (inserte risas grabadas).

Ante las quejas de varios lados y la preocupación de trabajadores, autoridades estatales respondieron entre líneas que el comunicado no era real, bueno, sí, pero no de esa forma. Salió un segundo documento que invalidó el primero, lo que automáticamente hizo oficial la petición y el gazapo.

Haber malabareado con la respuesta a la filtración de los comunicados evidenció que la práctica, aunque “normal” según dijo Omar Fayad, es al menos cuestionable, pues implica la vulneración de derechos laborales, así como la ya conocida táctica de encargar a personal de gobierno que vote por el partido en turno porque si no los corren.

Pero bueno, ya inició la transformación y no son como los de antes, dicen.

ACLARACIÓN       
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo

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