La administración estatal que encabeza Julio Ramón Menchaca Salazar comenzó ya y uno de los apartados más importantes es el relacionado con las finanzas públicas, donde designó como secretaria a María Esther Ramírez Vargas.

La sucesora de Jessica Blancas Hidalgo cuenta con maestría en Administración Pública y anteriormente fue titular en la oficina de representación de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) en Hidalgo.

Así lo reza parte del currículo que el entonces equipo de transición hizo llegar a las redacciones, el cual omite que la funcionaria trabajó la gestión pasada y antepasada en la subsecretaría de Administración y Finanzas de Salud.

También que está identificada con el exdiputado federal, hasta hace poco priista, Pedro Luis Noble Monterrubio desde aquellos tiempos en que este personaje despachaba como secretario de Salud en el sexenio antepasado.

En ese momento, la ahora funcionaria de primer nivel revisaba minuciosamente toda la correspondencia y desde entonces ha sido una figura muy ligada al también notario público con licencia, caracterizado por sus escándalos.

Cuando Noble Monterrubio renunció en mayo pasado al PRI y anunció su apoyo al proyecto de Menchaca Salazar se especuló su eventual aparición en el entonces próximo gabinete, lo que arreció eso de “ni lo mismo ni los mismos”.

Finalmente, el expriista no figuró en el equipo de trabajo, pero sí María Esther Ramírez Vargas, lo que obliga a evocar aquella máxima de “piensa mal y acertarás”, pues resulta difícil no pensar que él querrá meter la mano.

Quienes la conocen laboralmente aseguran que Ramírez Vargas es eficiente y cuidadosa de las formas que rigen el servicio público, cuya instrucción académica es congruente con su desempeño, pero tendrá que evitar interferencias.

Donde la nueva secretaria de Finanzas en Hidalgo sí deberá meter ambas manos será en la nómina, pues los integrantes de una familia permanecen colgados del erario sin que necesariamente desempeñen sus funciones.

LOS GUTIÉRREZ

Los hermanos Gutiérrez Santander cuestan a la Secretaría de Finanzas casi 130 mil pesos al mes: Priscila Dianna, recién titulada como comunicóloga, es directora general de Administración; Jesús Ariel, del que no se halla cédula profesional, es director general de Catastro y Elda Yaneth, refugiada ya en otra área, fue directora de Comunicación Social el sexenio pasado, pero nadie supo que existía, así que cumplía otras funciones o cobraba sin trabajar. A los pendientes que deben ocupar ya a María Esther Ramírez Vargas, como el Presupuesto de Egresos 2023, se suma ésta y algunas otras oligarquías.

ACLARACIÓN       
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo

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