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Quien presumía su pronta incorporación al gabinete de Julio Ramón Menchaca es el director de Administración del IEEH, Fausto Olvera Trejo, pues es sabido que cayó de la gracia desde que hizo algunos comentarios personales e incurrió en deslealtades. Esa amistad solo existe ya en su imaginación, pero tan desesperado está que hasta manda a su esposa a hacer antesala para una cita.
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Ahora resulta que el conocido trinquetero ferial, Rafael Hernández Olín, tiene todo el poder, por encima de los insipientes secretarios de Turismo, Liz Quintanar y de Desarrollo Económico, Carlos Henkel, pues en su afán de echarle la culpa a este pillo por el cobro del teatro del pueblo y fallidamente deslindarse de ese jugoso plan, que se le vino abajo a este par, lo dejan como todo poderoso.
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Y en más chapuzas, de por sí un amplio sector de la población se ha resistido a usar cubrebocas durante esta interminable pandemia de COVID y la secretaria de Salud en Hidalgo, Zorayda Robles, sale ahora con que fuera máscaras, más cuando el viento ha estado especialmente gélido y se aproxima la influenza. Está bien que al pueblo lo que pida, pero igual un poco de responsabilidad.
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Vaya bochorno el que hicieron pasar a la diputada federal de Morena por Pachuca y presidenta del Patronato de la UAEH, Lidia García Anaya, pues quien le maneja su cuenta de Facebook escribió a su nombre “a travez” en lugar de “a través” al referirse a una ceremonia de reconocimiento a compañeros universitarios fallecidos, así que peor escenario no pudo ser, ¿o habrá sido ella?
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La que está más enfocada en promocionar su negocio de divorcios a bajo costo que en atender temas de su regiduría es la tulancinguense Lizbeth González Terrazas, pues pasa más tiempo en la difusión de la campaña mensual “¡Consigue tu libertad! de a tres y cinco mil pesos, bara, bara”, que los asuntos que atañen a su comisión, como por ejemplo la niñez, la juventud y el deporte.
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