Exigir la renuncia de al menos 15 trabajadores le ha representado al Instituto Estatal Electoral de Hidalgo (IEEH) una erogación superior a los tres millones de pesos, pese a que no cuenta con régimen de despidos.
Desde el pasado 1 de julio, el director ejecutivo de Administración, Fausto Olvera Trejo ha sido el ejecutor, pero endosó “la culpa” a la entonces recién nombrada presidenta del organismo, María Magdalena González Escalona.
Bajo la máxima de seguir las órdenes de la nueva presidenta, de despedir a todas y todos aquellos que tuvieran cercanía con su antecesora Guillermina Vázquez Benítez, el funcionario procedió en consecuencia con las bajas.
Entre las personas que tuvieron que entregar su renuncia se cuentan de Prerrogativas, Capacitación, Organización, Transparencia, Comunicación Social, Administración, Órgano Interno, Secretaría Ejecutiva y Presidencia.
Sin embargo, se ofreció a cambio una gratificación económica a manera de liquidación, lo cual es consolador para las personas que perdieron su fuente de ingresos, pero la incógnita es de qué capitulo emana todo ese recurso.
En el aparato de Estado no existe régimen de despidos, en consecuencia, no hay partida para liquidaciones, es por eso que a las y los trabajadores se les solicita su renuncia y en caso de confrontarse se llega incluso al laudo.
Algunas de las personas que tuvieron que dimitir aseguran que fue por influencia del vocal secretario de la Junta Local Ejecutiva del Instituto Nacional Electoral (INE) en Hidalgo, “el maestro” Juan Carlos Mendoza Meza.
Lo anterior, que por ajustes de viejas cuentas, toda vez que les atribuyó malos tratos hacia su hijo Ramiro cuando laboró en el Instituto Estatal Electoral de Hidalgo (IEEH) y ahora que tiene poder a distancia, lo ejerce.
LA MARCHA VS INE
Así pues, ¿de qué capítulo han obtenido el dinero con que han liquidado las bajas que la mayoría considera injustificadas? Y en más del tema electoral, la marcha del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, como reacción a la manifestación del pasado 13 de noviembre a favor del INE, fue escenario para su narrativa, esa que protagonizan sus enemigos imaginarios, pues bien sabe que no podrá, por ahora, desaparecer al organismo, pero le sirve de pretexto para exaltar a sus seguidores con el sonsonete que los conservadores no lo dejan gobernar.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo