En todo México se comen flores, en Hidalgo tenemos muchas flores comestibles deliciosas. Hoy te presento solo 3: los quemites, los gualumbos y las flores de palma ¿Las has probado? Son riquísimas, nutritivas, llenas de tradición gastronómica y además económicas.
Las flores comestibles más populares en México son por mucho, las flores de calabaza. Es una flor de sabor delicado que se come frita con cebolla, chiles picados y epazote en quesadillas. También se comen en crema o en una una rica salsa verde y trocitos de calabaza, acompañada de pollo o carne de puerco.
En últimas fechas he visto también popularizarse el uso de rosas rojas, sobre todo para postres, o como Laura Esquivel lo propone en su libro: “Como agua para chocolate”, Codornices en pétalos de rosa. También el cempaxúchitl ha incrementado su uso en la cocina mexicana moderna. Al igual que las rosas, el cempaxúchitl se consume en atole, en quesadillas, en postres, en salsas y curando un pulque.
En esta región, el Valle de Tulancingo, además de comer flor de calabaza y en menor medida rosas y cempaxúchitl, comemos otras flores que no son tan conocidas en otros lugares del país, aquí solo mencionaré 3: los quemites, los gualumbos y las flores de palma.
1.- Flor de quemite,Te´bathai, equimite, colorín o pemuche, es una flor comestible que se da en esta región casi todo el año. Para cocinarlas, se enjuagan, se les quitan los pistilos y se ponen a hervir con sal y carbonato por unos 30 minutos. Se escurren y se capean. A mí me gustan en mole almendrado, pero también pueden acompañarse solo con huevo, en salsa verde o guisado de jitomate. O bien, servidas con frijoles.
2.- Gualumbos, quiotes, golumbos o la flor del maguey. Es una flor de color amarillo verdoso que nace en la punta del quiote. El quiote es un tallo grueso y recto que brota del centro del maguey cuando este está a punto de morir, entre los 10 y 15 años de edad. Las flores nacen en la punta de este tallo que llega a medir hasta 10 metros.
.Dicen que los otomíes se pensaban como el pueblo que vive del maguey, y es que de verdad es una planta de la cual se puede aprovechar todo de ellas: desde las pencas, la piel, las púas, las hormigas, el aguamiel, sus flores y por supuesto las las hormigas y gusanos que lo rodean.
Los gualumbos se desfleman primero, hirviéndolos en agua con sal por unos treinta minutos. Son deliciosos fritos con cebolla y chiles serranos o con huevo o capeados en caldillo de jitomate.
Finalmente, las flores de palma. Estas flores se dan principalmente a principios de año, nacen de las palmas. Tienen un color entre blanco y amarillo, al igual que los gualumbos tienden a ser un poco amargas, por lo que hay quitarles el centro y consumir solo los pétalos. Los pétalos se lavan y se hierven en agua con sal. Se pueden cocinar acompañando a una carne en salsa, con huevo, fritas con epazote o incluso en almíbar.
Al igual que las flores de quemite, los gualumbos y las flores de palma, se venden principalmente en la plaza de los días jueves en Tulancingo o los domingos en el PST o en la calle que está a un costado de la Iglesia de los Angelitos. La bolsita o sardina de estas flores fluctúa entre 30 y 35 pesos por medida
La cocina actual de nuestro estado es un delicioso mestizaje entre productos originarios de estas regiones, con otros traídos del viejo mundo. Hay una conexión íntima entre esa mezcla de culturas que nos da una identidad única. ¡Buen provecho!
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo