¿Por qué la afirmación? Porque en Tulancingo nacieron 2 personajes que son considerados los padres de 2 estados. Ellos fueron el Doctor Félix Nabor Osores Sotomayor García y Don Manuel Fernando Soto Pastrana. Ambos comparten historias semejantes: nacieron en Tulancingo, hicieron sus primeros estudios aquí para luego marchar a la Ciudad de México a continuarlos. Derivado de su talento natural, ambos tuvieron carreras políticas y llegaron a ser Diputados. Ahí, en el Congreso, defendieron la creación de Estados que se desprendieron del entonces Estado de México y debido a lo contundente y apasionado de sus discursos, pero sobre todo a que representaban la voluntad de muchos sectores los territorios representados, ambos fueron escuchados y gracias a sus acciones son reconocidos como padres de dichos estados. Osores Sotomayor para Querétaro y Soto Pastrana para Hidalgo.
Para seguir con las coincidencias, es probable que fueran parientes ya que el Doctor Félix Nabor Osores Sotomayor García fue originario de Tulancingo. Nació en el año de 1760 siendo hijo de Laureano Osores Sotomayor y Micaela García, sus abuelos paternos fueron: Silvestre Sotomayor y Nicolasa Durán y los maternos, Cristóbal García y Micaela Saldierna
De acuerdo a Héctor Samperio Gutiérrez, el papá del Dr. Félix, Laureano Osores y que fue Teniente de la Antigua Milicia Provincial de Pachuca murió en acción contra los insurgentes en 1813, y uno de sus hermanos fue herido en batalla. Al principio de su vida, Don Félix era realista y conservador. Poco a poco fue pasando al bando liberal, no se sabe como, pero si se sabe cuáles pudieron haber sido las influencias: es muy posible que el intercambio de ideas con otros clérigos mexicanos, como Fray Servando Teresa de Mier y Miguel Ramos Arizpe, aunado al clima liberal de las Cortes de Cádiz, mediaran para agitar sus opiniones realistas. Cabe resaltar que dicho cambio fue más notorio durante su estancia en Querétaro, y también cabe recordar que era padrino de la penúltima hija del matrimonio conformado nada más y nada menos que Don Miguel Domínguez y Doña Josefa Ortiz. Es decir, era compadre de la Corregidora.
El Doctor Osores fue Diputado en el primer Congreso Mexicano en 1822 y en el Congreso General Constituyente en 1823, es en el Congreso justamente, donde destacó por su férrea intervención a favor de que Querétaro fuera reconocido como Estado, tal como sucedió. De hecho, a Don Félix se le reconoce como el principal impulsor para el nacimiento de aquella entidad.
El caso de Don Félix se parece al de Don Manuel Fernando Soto y Pastrana quien, siendo Diputado, también peleó por la creación del Estado de Hidalgo. Hijo de Don José Antonio Soto y de la señora Guadalupe Pastrana, ambos tulancinguenses. Nació en Tulancingo el 5 de junio de 1825. Estudió en esta ciudad con el Profesor Marciano Lezama. Poco después se fue a la ciudad de México donde estudió Filosofía y Derecho en el Seminario Conciliar, pero enfermó y se apartó de sus estudios. Para esa época ya estaba en plena efervescencia la discordia entre los conservadores y liberales. Y el General Antonio López de Santa Ana, desterró a Tulancingo a don Melchor Ocampo. Aunque durante su estadía en Tulancingo no dejó de ser vigilado, Ocampo relata agradables pláticas con Manuel Fernando Soto y con Don Juan Calle, sabemos por los padrones de esa época, que tanto Soto como Juan Calle, vivían en la calle que hoy es Libertad casi frente a la escuela Lezama.
Al finalizar la Revolución de Ayutla, Manuel Fernando Soto fue elegido Diputado por el Distrito de Tulancingo, diferenciándose por su elocuencia y pasión para defender las causas liberales. Es por ello que se distinguió en la elaboración de la Constitución de 1857, defendiendo la Ley de la Libertad de Enseñanza.
Como Diputado y Liberal, formó parte del llamado “Grupo Tulancingo” del que formaba parte también Gabriel Mancera y Justino Fernández. Dicho grupo luchó desde el bando liberal por lograr la separación del Estado de México y la creación de un nuevo Estado que llevaría por capital a la ciudad de Tulancingo. No nada más fue ideólogo, trabajó incansablemente en mapas, discursos, cabildeo, hasta que en 1869 logró su cometido a medias, pues la capital del nuevo Estado no fue asignada a Tulancingo, sino a Pachuca.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo