Vivimos condiciones de efervescencia que privan en el ámbito político en el estado de Hidalgo; la visita recurrente de quienes aspiran a conseguir la postulación como candidato a la presidencia de la República por Morena a través de diálogos en “asambleas informativas” con la militancia y entrevistas en los medios de comunicación locales buscando posicionar en el electorado al contendiente de su preferencia.

La primera que visitó Hidalgo fue Claudia Sheinbaum; seguida por Adán Augusto López; Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard; Interesante ha sido conocer, escuchar y ver la forma y fondo de la praxis y operación política de los aspirantes.

En forma paralela en el Partido Revolucionario Institucional se vive una crisis sin precedentes, iniciada por la renuncia a su militancia del exgobernador, Omar Fayad Meneses, de militantes identificados con diversas corrientes políticas; y el pasado martes por la renuncia del diputado, Julio Manuel Valera Piedras a la dirigencia estatal del PRI y de los ocho diputados integrantes la fracción priista en el Congreso del Estado, de 18 secretarios, y coordinadores del Comité Directivo Estatal y de los titulares de organizaciones como protesta y desacuerdo con el rumbo que ha  tomado la dirigencia nacional.

La forma como la dirigencia nacional ha generado un ambiente de encono y efervescencia política sin precedentes con consecuencias tangibles; en el Congreso local desapareció la fracción del PRI y perdieron la presidencia de la junta de coordinación política, con todas las prerrogativas inherentes.

Llamó mucho la atención que la dirigencia nacional del PRI encabezada por Alejandro Moreno y Carolina Viggiano Austria no convocaran a la unidad ni generaron un diálogo con la militancia que aún es amplia; y se fueron por la denostación “son unos traidores quienes renunciaron”, también dijeron “aquellos que renunciaron, en realidad, tenían tiempo sin formar parte del partido que se fundó en 1929, por lo que no estarían perdiendo algo significativo”.

La dirigencia nacional hizo pública la petición que realizó a los comités estatales, de tirar a la basura todas las cartas de renuncia que se han presentado, ya que, desde su perspectiva, esos personajes “llevan tiempo sin aportarle algo al tricolor quienes dicen que se van, cuando ya no están, voy a renunciar, pues si ya no estaban, por eso les dije que me traigan un bote de basura. Ya les dije a todos los comités, pongan el bote de basura y ahí todas (las renuncias) a la basura porque ya no representan nada, porque nunca estuvieron”.

La dirigencia nacional agregó “Entre los militantes del PRI se conocen perfectamente, por lo que saben quiénes fueron los que estuvieron en campaña y pidiendo el voto, así como quiénes fueron los que trabajaron para el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) para supuestamente evitar tener problemas y acabar en la cárcel”.

Restañar las heridas tomara tiempo máxime que sin guardar las formas se designó a un presidente del comité estatal al margen de los estatutos desde la ciudad de México; ojalá su actitud se enmarque en la legalidad el dialogo y apertura; los hidalguenses no queremos un estado convulso.

Este escenario obligará a las instancias políticas del estado a cuidar escrupulosamente la gobernabilidad mediante un diálogo cercano y abierto  con las diversas expresiones políticas del estado, para que las controversias dentro de los partidos se diriman en el ámbito de la legislación electoral; mientras esto sucede, se está  convocando para el próximo miércoles a celebrar otro aniversario luctuoso de Don Javier Rojo Gómez en Huichapan Hidalgo, excelente oportunidad para recordar que en política la forma es fondo. Hasta la próxima.

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