El planeta está reaccionando por el grave deterioro en el que lo tenemos, entre otros factores, por las talas clandestinas e inmoderadas que provocan una intensa deforestación, la pérdida de la diversidad, la intensa urbanización y contaminación por productos como el plástico en ríos, lagos y mares.
La organización de las Naciones Unidas, ha informado que más de 400 millones de toneladas de plástico se producen en el mundo cada año. La mitad de estas se conciben para una vida útil de un solo uso y menos de diez por ciento se recicla. Estos productos plásticos de un solo uso que resultan desechados o quemados no solamente perjudican la salud humana y la biodiversidad, sino que igualmente contaminan todo tipo de ecosistemas, desde los picos más altos de montaña hasta el lecho marino. Se estima que entre 9 y 23 millones de toneladas de desechos plásticos terminan cada año en lagos, ríos y mares.
Otro aspecto de trascendencia es lo referente a los microplásticos (partículas cuyo diámetro es inferior a cinco mm) que invaden los alimentos, el agua y el aire y se calcula que las personas ingieren más de 50 mil partículas de plástico cada año e incluso muchas más si se tienen en cuenta las partículas inhaladas; afortunadamente la ONU está elaborando un instrumento jurídico internacional vinculante para combatir este flagelo.
Entre los principales desafíos ambientales que irremediablemente estaremos enfrentando en el corto plazo están el aumento del nivel del mar y erosión costera, resultado del calentamiento global; otro factor que contribuye al aumento del nivel del mar es el derretimiento de los glaciares y los témpanos de hielo, así como la expansión térmica del agua que está poniendo en alto riesgo a las comunidades.
También hay deforestación y pérdida de biodiversidad derivado de la tala de bosques; la contaminación del aire e impactos del cambio climático que tiene un efecto significativo en nuestra salud y en el medio ambiente; las emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono y el metano, también contribuyen al cambio climático, aumentando el riesgo de sequías, incendios forestales y fenómenos climáticos extremos.
La falta de acceso al agua potable y la sobreexplotación de los recursos hídricos son ya problemas crónicos que tiene un impacto significativo en la salud, la agricultura y el desarrollo económico, así como en el aumento de la acidificación de los océanos, provocado por el aumento de los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera que afecta a la vida marina y los ecosistemas marinos.
Tomemos medidas urgentes para superar esta emergencia ambiental reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero y adoptando medidas para reducir el uso y la contaminación por plásticos a través del reciclaje; la adopción de nuevas prácticas más sostenibles en la agricultura, ganadería y minería, la protección y restauración de los ecosistemas naturales.
La contaminación ambiental supone un riesgo para la salud de los seres vivos que habitan los ecosistemas contaminados, incluyendo a los seres humanos; la destrucción de los ecosistemas está provocando que muchas especies de animales y plantas perciban cómo su hábitat natural se va reduciendo cada vez más, pudiéndose provocar incluso su extinción.
Sumemos esfuerzos y actuemos en consecuencia a tiempo, evitemos el colapso del planeta. Hasta la próxima.